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Carlos Madrid: “No estoy de acuerdo con la rotación de personal que se me impone para Cinema Jove”

14/05/2017 - 

VALÈNCIA. Cuando hace 10 años Carlos Madrid tuvo la idea de impulsar un festival de mediometrajes en València, Cinema Jove alcanzaba su cenit presupuestario y mostraba su vigor como certamen alternativo a la Mostra del Cinema del Mediterrani. La Cabina nacía al cobijo de la Universitat de València como una propuesta de exhibición experimental a ojos de quienes gestionaban otros encuentros del audiovisual. Sin embargo, la ambición de audiencias de este publicista de formación no era ni mucho minoritaria. El festival, único en el mundo, aprovecha esa singularidad técnica -películas de 30 a 60 minutos, ni cortos ni largometrajes- para acoger lo mejor del cine de cualquier género y delicias de los grandes clásicos del cine rara vez exhibidas hasta la fecha.

Precisamente, Cinema Jove sufriría en su edición de 2008 el primer gran recorte presupuestario a causa de la crisis económica. El que ya era el Mercado Internacional del Cortometraje más importante de Europa tras Clermont-Ferrand pasa a sumirse en un declive económico que llega hasta nuestros días. No obstante, la desaparición de la Mostra (en 2011, impulsada desde el Ayuntamiento y no desde la Conselleria de Cultura como en su caso) le hizo convertirse en el encuentro audiovisual de referencia. El declive en el presupuesto, año tras año, fue la causa de una depreciación en el posicionamiento del festival en mercados internacionales y también de cara a la generación de públicos.

Así lo justificó durante años Rafa Maluenda, director del festival durante las últimas 17 ediciones y que el pasado verano era relegado de sus funciones por el Institut Valencià de Cultura. A la sombra de ese ensombrecimiento de un certamen que ha visto estrenar las primeras películas de cineastas como Matteo Garrone (Gomorra), Cristian Mungiu (4 meses, 3 semanas, 2 días), Xavier Dolan (Laurence Anyways, Mommy) Andrew Dominik (One More Time With Feeling), Thomas Vinterberg (Celebración, La caza) o Nicolas Winding Refn (Drive), la pujanza de La Cabina hizo que los mismos gestores públicos pensaran en Madrid para sustituirle. Una decisión que pone todos los ojos sobre el joven gestor cultural que tiene el reto de reconectar el festival con un público masivo, reposicionarlo en el circuito internacional a partir de un cine eminentemente joven y proyectarlo hacia un futuro más nutritivo y prometedor tanto para los ciudadanos de la Comunitat como para su sector audiovisual.

-En estos primeros meses como director de Cinema Jove, ¿has llegado a dudar de haber dejado La Cabina?
-No lo he llegado a dudar, si bien me provoca una pena infinita. No es ni práctico ni de recibo pretender dirigir dos festivales de esta magnitud y además creo que llegados a ese punto, Sara Mansanet estaba y está preparada para asumir la dirección de La Cabina. Teniendo a una persona que puede dirigir así el festival, pues… esa pena que siento se compensa con la tranquilidad de que exista la persona idónea para continuar el proyecto.

-¿La existencia de esa figura te ayudó a tomar la decisión para dar el salto a Cinema Jove?
-Por supuesto.

-¿En algún momento promoviste algo parecido a una candidatura para ser director de Cinema Jove, una vez se supo que Rafa Maluenda no continuaría?
-En principio, no fue una propuesta mía, pero mucha gente se dirigió a mí, tanto desde dentro de la institución como desde fuera, para hablarme de la conveniencia de que fuera el nuevo director. Supongo que me veían como un buen continuador para el festival. Eso hizo que me lo planteara. Poco a poco me fui haciendo a la idea de que podía ser un buen reto profesional hasta que me decidí. En aquel momento estaba con la maraña de trabajo que supuso organizar y celebrar la novena edición de La Cabina y no podía estar pensando en Cinema Jove…

-En aquellos meses finales de 2016, desde fuera, se tuvo la sensación de que se esperaba a la finalización de esa novena edición de La Cabina para tomar la decisión. ¿Lo viviste también así?
-Los que tomaban la decisión, supongo, creo, estaban esperando a ver cómo era esa novena edición de La Cabina. Especialmente la inauguración y los nuevos ciclos del festival, que lo convertían en un festival más mediano que pequeño. Querían ver de qué éramos capaces. Y no me refiero a mí; me refiero al equipo. De hecho, en la entrevista que tuve con el Conseller [Vicent Marzà] me preguntó si me veía capaz de asumir la dirección de Cinema Jove y yo le respondí que si me lo hubiera preguntado dos años antes le hubiera dicho que no, pero que después de esa novena edición sí me veía aceptando el reto.

-¿Tan diferente fue esa novena edición?
-Sí. Fue muy diferente porque fue mucho mayor que las anteriores. Con diferencia.

-La novena edición de La Cabina también fue hija del trabajo de un equipo al que ya has mencionado. ¿Hasta qué punto fue esencial que ese equipo estuviera en sus puestos durante años para alcanzar ese nivel?
-Para empezar, que todos hayan querido repetir durante ese tiempo significa que han trabajado a gusto y se sienten cómodos dentro de su cargo y profesión. Por mi parte, desde la dirección, muy importante porque hay un ámbito de confianza para saber qué es capaz de dar cada uno en qué momento y pedirle o exigirle dentro de algunas circunstancias y ámbitos a lo largo del festival.

-Así que, desde tu punto de vista, la continuidad del equipo es una prioridad para poder impulsar un festival de ámbito internacional con recursos limitados.
-Y tanto. 

-Pues la propuesta de la Conselleria de Cultura para Cinema Jove es radicalmente opuesta.
-Yo no estoy de acuerdo con la rotación de personal proveniente de las bolsas de trabajo y así se lo he comunicado al Institut Valencià de Cultura. Pero al final les corresponde a ellos tomar esa decisión. Yo no tengo ni voz ni voto..

-¿Puedes explicar cómo funcionará ese sistema para el equipo de trabajo del festival?
-Hasta donde sé y por lo que se ha publicado en las bolsas de trabajo, los candidatos que tengan una baremación más alta ocuparán los puestos el primer año hasta diciembre. El segundo clasificado, pasará a ocupar ese puesto en enero durante un año y el que acaba de trabajar pasará a ser el último de la lista.

"La mayor debilidad de Cinema Jove es que los valencianos no saben qué es. Lo confunden con la Mostra o con 'eso que se hace en los Viveros'"

-Es decir, que quien acaba de tener la experiencia profesional en su puesto no volverá a trabajar en X años.
-Sí. En X años o en no sé cuántos. Mi posibilidad de elegir a esas personas para cada puesto es prácticamente nula. La entrevista personal es en lo único que influyo y apenas suma seis puntos.

-A un mes y medio de su 32ª edición, hagamos un DAFO del festival. ¿Debilidades?
-La mayor debilidad de Cinema Jove es que muchos valencianos no saben qué es. Muchos me han felicitado por dirigir la Mostra [ríe] y otros me han llegado a decir “Cinema Jove es eso que se hace en los Viveros, ¿verdad?”. Las debilidades tienen que ver con la falta de información sobre qué es, dónde y cuándo sucede. También sobre la concepción de juventud. A ello creo que ha contribuido la presencia en el festival de personajes como Gonzalo Suárez o Emilio Gutiérrez Caba, de los que no menoscabo su gran calidad profesional, pero que creo que han competido con que la gente perciba que esto es Cinema Jove. Si queremos transmitir juventud tenemos que hacerlo en todos los ámbitos, en todo lo que comunicamos, y también sobre quién comunicamos.


-¿Adversidades?

-Como bien decía el anterior director en otras ocasiones, el lío de la contratación mediante empresas y desde lo público tiene sus desventajas; siempre se pueden levantar suspicacias. Es humano e inevitable, porque no siempre la competencia es leal. Rafa Maluenda se encontró con esas adversidades y yo, como no puedo tener ésas, tengo otras [ríe]. Todo lo que implica la contratación mediante la Administración tiene sus tiempos. Esa lentitud, a menudo, hace que ciertas cosas que puedes programar y hacer para el festival tengan que hacerse con un rumbo distinto. Por suerte, dentro del Institut Valencià de Cultura me he encontrado con gente que ha entendido este problema y ha intentado mejorar las cosas para que avancen... Es lo único que me consuela.

-¿Entre las adversidades está la de competir en un escenario de festivales internacionales en España bastante nutrido?
-Es inevitable que los festivales compitan por la premiere española de una película. Eso, que podría ser una adversidad, no lo es tanto para nosotros porque tenemos, insisto, una identidad muy marcada desde el nombre: Cinema Jove. Esa identidad particular hace que no nos desgañitemos por tener la última película de Jim Jarmusch. En cambio, esa supuesta adversidad por el límite de edad que marcamos, es una ventaja porque nos aproximamos mucho a ese tipo de cine joven.

-¿Fortalezas?
-La Administración, igual que puede suponer cierta lentitud a la hora de ejecutar o hacer cosas, es una ventaja para muchas otras. Los contactos se multiplican y, por poner un ejemplo, llegas a la Academia de Cine sin intermediarios. También para con los medios de comunicación con los que hay un contacto mayor, constante. Otra fortaleza indiscutible es tener 32 años de historia. De alguna manera hay público y prensa que ha seguido la evolución del festival y eso ayuda mucho.

-¿Oportunidades?
-La oportunidad más evidente radica en que nadie me ha dado ninguna instrucción o prohibición sobre la programación. Lo que pretendo llevar a cabo, los nuevos ciclos, lo hago sin ningún tipo de injerencia. Es cierto que, como hay un equipo nuevo casi en su totalidad, invertimos mucho en reactivar contactos. Y es cierto también que el presupuesto no es el mejor, pero yo también he trabajado con las estrecheces de La Cabina, así que ahora, a lo que hay le sacaremos el máximo partido.

"ME HUBIERA GUSTADO QUE EL RELEVO EN LA DIRECCIÓN FUERA DE OTRA MANERA"

-Hablemos de los recursos humanos del festival. Por meses, ¿cuántos serán los trabajadores de Cinema Jove este 2017?
-Enero 1, febrero 3, marzo 3, abril 5, mayo 8, junio 8 y en julio si las bolsas de trabajo siguen el camino que están siguiendo ahora, 12 o 13.

-¿Y cuáles serían esas cifras si las tuviera que decidir el director del festival?
-Diciembre 6, enero 6, febrero 8, marzo 8, de abril a junio 11, agosto si podemos nos vamos de vacaciones, septiembre 8 y cinco hasta volver a empezar el ciclo.

-¿Es decir, que, pese a la renovación en la dirección, Cinema Jove está igual o peor en términos de manos disponibles que con respecto a su anterior edición?
-Peor a la espera de que se activen las bolsas de trabajo, cosa que sucederá pasado el festival.

Foto: KIKE TABERNER

-¿Qué se encontró el nuevo director de Cinema Jove al llegar a la oficina del festiva?
-Que no había venido nadie a limpiar en unos meses y que no había nadie aquí que nos diera la menor indicación de nada. Dicho esto, la verdad es que no sé cómo habría resultado la idea de preguntarle al equipo anterior... Entiendo que tienen cierto sentimiento de aflicción por no continuar en su cargo. Entiendo que, quizá, hubiera sido un poco violento preguntar a cada cual dónde está la factura aquella o en qué cajón se guarda tal cosa. Las tres personas que estamos desde febrero hemos reordenado y limpiado, por decirlo de alguna manera, lo que había aquí. Clasificado, más bien, y generado un archivo tal y como creíamos que tenía que estar.

-¿No hubiera sido deseable un relevo de otra manera, más efectivo de cara a la gestión de tiempo y para no intuir dónde se encontraban documentos o cómo funcionaban según qué cosas?
-Por un lado, cabe destacar que para cuando yo entro el festival hace tres o cuatro meses que no tiene director. Yo entiendo que no viniera nadie a explicar nada por lo que acabo de decir. A la vez, me habría gustado que fuera de otra manera. Me habría gustado tener una conversación aquí en la oficina y, como cualquier nuevo inquilino, que a uno le enseñen dónde están las cosas. No puedo decir que Rafa no se haya ofrecido a ello. Cuando hablé con él por mi nombramiento y antes ya me había hecho saber que no estaba del todo satisfecho con la forma en la que había acabado su periplo en Cinema Jove, así que también me parecía violento poder hacer ese relevo. También es cierto que le he ido preguntando a José Luis Moreno [director adjunto del IVC] todo lo que he necesitado. Con Rafa he tenido ya varios encuentros casuales, muy cordiales y en los que no hablamos necesariamente del festival.

"Este año los chavales de institutos que vienen a hacer los talleres durante el festival no estarán en un hotel de 4 estrellas" 

-¿En esa reordenación de papeles, encontrasteis alguna sorpresa?
-Dos facturas sin pagar que se solucionaron enseguida y que no afectaron al presupuesto de este año. El cambio más relevante con respecto a la gestión del pasado tendrá que ver con el tipo de reparto que se hace del presupuesto. No es un reparto tal y como lo haría yo. Los cambios tienen que ver más con otros aspectos, como que la secretaria del equipo actual habla inglés. Digamos que eso es importante en un festival internacional con constantes llamadas e emails con productoras y distribuidoras de todo el mundo. También que en esta edición las asignaciones de presupuestos son de otra manera. Si me he equivocado o no, ya lo veremos y se me valorará por ello.

-¿En qué cambiará?
-Siempre he insistido en que la comunicación tiene que tener una partida muy importante para atraer a la mayor cantidad de público. Cuando haces un festival con dinero público, la gente se tiene que enterar de qué, cuándo y dónde. Eso por lo menos. Y en las últimas ediciones no había publicidad exterior, así como inserciones en prensa. Un par de semanas antes del festival, el ciudadano de València tiene que saber al menos eso.   

-¿Pero la mayor partida presupuestaria seguirá siendo viajes y alojamientos?
-Sí. Otros años han dispuesto de una licitación que nosotros no tenemos por una cuestión de tiempo, así que hemos tenido que tirar de imaginación para poder pedir los presupuestos correspondientes y hacerlo en estos meses previos. Hacerlo con más tiempo, de cara al año que viene, va a suponer un ahorro. No puedo hacer una estimación de cuánto, pero de manera considerable. Este año, por ejemplo, los chavales de institutos que vienen a hacer los talleres durante el festival no estarán en un hotel de 4 estrellas.

"No existe un desglose de los gastos de alojamiento de anteriores ediciones"

-Hasta este mismo 2017, a este diario se le ha negado desde el IVC que los alumnos de esos centros que venían a talleres del festival sedicióe alojaran en un hotel de 4 estrellas. ¿Puede confirmárnoslo el nuevo director de Cinema Jove?
--Claro que lo confirmo, pero no me voy a meter en un cenagal de opiniones con este tema. Si las agencias de viajes trabajaran con el tiempo suficiente, por antelación y por volumen de producto comprado, gastaríamos mucho menos. Ahora mismo, por lo que supone este movimiento en la Administración, no lo hemos conseguido salvar para este año, salvo con cambios como el que he dicho, porque creo que los chavales pueden estar perfectamente alojados y tener una estancia estupenda sin tener que acudir al gasto que supone un hotel de cuatro estrellas. 

-¿Cuánto se gastaba en ese alojamiento para estudiantes?
-No puedo saber cuánto se gastaba antes en eso exactamente; simplemente, lo mismo por estudiante que por cualquier otro invitado en dicho hotel.

-Las proyecciones de Viveros pasan al Centre del Carme. ¿Por qué? ¿Tiene algo que ver con el retraso del inicio del festival al final del mes de junio?
-No. La decisión tiene que ver con apostar por unas sedes más próximas. Próximas las unas a las otras. Muchos de los espectadores de este tipo de festivales quieren ver una programación de tarde y noche que incluya películas de Sección Oficial de largos, de cortos y algo de un ciclo temático. Las salas deben estar en un recorrido próximo. Antes estaban el MuVIM, Viveros, Filmoteca, Torrent... se había atomizado en exceso. Ese sistema de sedes próximas también facilita que cineastas, periodistas y programadores se tomen cafés en sitios cercanos y se generen lugares de encuentro cercanos para hablar del festival.

-Lo que sorprende de la decisión de Viveros es que se pierde una de las bases de público de las anteriores ediciones.
-No me preocupa en absoluto siempre y cuando la programación del Centre del Carme sea atractiva. No perdemos butacas porque a la vez que el Centre del Carme habrá una proyección nocturna paralela en otro espacio...

-Con el cambio en la dirección, uno de los criterios más básicos para comparar la anterior y la nueva etapa será la audiencia. ¿Viveros era una base de público tan potente para el festival hasta la fecha?
-Es que no hay audiencia contrastada de Viveros que yo tenga. En las sesiones a las que he ido yo como espectador, personalmente, ha habido días de más audiencia y otras veces que estábamos menos de 40 personas. Los únicos datos que sí existen son los de la Filmoteca.

La Cabina es el festival con más público de la Comunitat desde hace años y lo seguirá siendo algunos años más

-¿Y viendo las cifras de asistencia de la Filmoteca, crees que las cifras de público de Cinema Jove que se han oficializado durante los últimos años están lejos de la realidad?
-Por supuesto. Viendo las cifras de secciones oficiales de largos y de cortos, es evidente que las cifras de público son muy diferentes.

-¿Se han multiplicado?
-Son muy diferentes.

-Si despejamos la incógnita de audiencia de Cinema Jove, ¿tienes la sensación de que La Cabina es el festival de cine con más público de la Comunitat Valenciana?
-No es una sensación; simplemente, las cifras no mienten: La Cabina es el festival con más público de la Comunitat Valenciana desde hace años. Y con la dirección de Sara Mansanet seguirá siéndolo durante algunos años más.

-¿Habrá pique?
-Habrá un pique sano [ríe].

-Desde la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte se insiste en que Cinema Jove ha pasado a ser un festival desarrollado por el Institut Valencià de Cultura. Que la producción ya no la hace una empresa externa, sino personal propio. ¿Cuántos trabajadores del IVC hay en Cinema Jove ahora mismo?
-Una persona y otra más, procedente de unas bolsas de trabajo antiguas, que hace funciones de administración para distintos festivales del IVC. Una persona y una asistencia administrativa en total.

-¿O sea, que tampoco es que haya más personal del antes llamado IVAC trabajando para Cinema Jove?
-Que yo sepa, no.

"Tenemos el presupuesto más bajo de la historia del festival"

-¿Cinema Jove tiene presupuesto suficiente?
-No. A cualquier gestor cultural que le preguntes dirá esto, pero es que tenemos el presupuesto más bajo de la historia del festival.

-Hace año y medio se presentó un incremento para cada una de las siguientes ediciones (la pasada y la presente) ¿Cómo puede ser que la cifra de presupuesto haya sido regresiva y ahora tenga el presupuesto más bajo de su historia?
-Porque en el presupuesto de 500.000 euros hay un capítulo de personal que ocupa 150.000 euros. Ese capítulo ha de salir de las bolsas de trabajo y las bolsas de trabajo no se abrirán hasta pasado el festival. Igualmente, nosotros necesitamos tener trabajadores, así que, como ese capítulo no lo podemos tocar, las contrataciones tienen que salir de otro capítulo del que nosotros deberíamos dedicar recursos a programación y a hacer actividad. Se reducen nuestras posibilidades y, por eso, tenemos el presupuesto más bajo de la historia del festival.

"se ha pecado de programar largos y cortos por la sencilla razón de que eran valencianos. Esa excusa no puede servir"

-¿Has pensado en hacer públicas online y de manera sencilla todas las cifras del festival.
-Acabada la edición, no tendría ningún problema.

-Hay una tendencia muy marcada que lleva a los festivales de audiovisual a conectarse con la producción local. ¿Qué hará Cinema Jove al respecto?
-Estamos en el diseño de talleres y encuentros profesionales. Eso es importante y estará, pero creo que se ha pecado mucho de programar largos y cortos por la sencilla razón de que eran valencianos. Esa excusa no puede servir. Hay que sacar lo mejor de lo valenciano. Hay que proyectar aquellas producciones valencianas de las que nos sintamos orgullosos. Y sí, hay cortometrajistas y largometrajistas muy buenos. Así que hay material, pero hay que perseguir la mayor calidad posible para el festival. 

-¿Es decir, que mejor proyectar dos o tres cosas por sección que convertirse en un paraguas de exhibición de la producción valenciana?
-Sí.

-Pues no es el enfoque que hizo el director del IVC en su presentación o en posteriores alusiones al papel de Cinema Jove sobre la producción valenciana.
-Me caerán los palos correspondientes, pero es la manera de entender la programación que voy a impulsar.

-El festival se ha movido a la última semana de junio para que los estudiantes puedan participar en el mismo. ¿Ha ido a las universidades a captarlos?
-Ahora las fechas del festival coinciden con la primera semana de sus vacaciones y no con la última de sus exámenes. Yo mismo dejé de venir a Cinema Jove cuando era universitario porque se celebraba durante los exámenes. Una vez tuvimos el permiso de la FIAPF [Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos; Cinema Jove es el único festival valenciano en su calendario] para cambiar las fechas, lo hicimos. Iremos a hablar con los estudiantes en poco tiempo. Les proyectaremos una muestra y trataremos de que vengan con la mayor expectación.

-¿Hará esas visitas a universidades más allá de València?
-Eso espero. Es el festival oficial de la Generalitat, así que la intención es la de abarcar bien la Comunitat para que el público joven de todo el territorio se entere de que aquí está su festival. Además, en verano proyectaremos algunas de las películas ganadoras de esta edición en varias localidades de la provincia de València.

-Otro de sus cambios fundamentales para Cinema Jove es que los proyectos que se presentan no pueden estar firmados por cineastas mayores de 40 años. ¿Les ha limitado?
-Ha sido curioso en positivo, porque aunque todos los festivales en España luchamos por esa premiere, las obras que hemos recibido y las que hemos captado en festivales como Rotterdam, Berlín o Cannes son muy interesantes. Tenemos mucha obra disponible de alta calidad de cineastas de hasta 40 años. Lo que podría parecer una posición para cerrar el campo de posibilidades ha servido para acotar mejor a quiénes nos dirigimos y que nos ofrezcan mejores películas.

-Tienes un contrato de dos años. ¿Piensas en ello?
-Vivo en una contrarreloj vital por la 32ª edición de Cinema Jove. No me he parado ni un minuto a pensar en ello. Ni siquiera pienso en la siguiente edición que voy a dirigir. Pienso en lo que va a suceder en junio, que no es poco. 

-En pocas palabras y desde la reflexión personal, ¿cuáles son las diferencias entre dirigir La Cabina y Cinema Jove?
-No he vivido nunca de dirigir La Cabina y ahora esto es un trabajo remunerado. Por otro lado, la agilidad para cerrar tratos, ciclos o sedes en La Cabina es mayor que en Cinema Jove. En Cinema Jove el volumen de trabajo es mayor en la dirección porque hay más ciclos y más gente a la que atender y tener en cuenta con su actividad, (instituciones, asociaciones...); hay más ojos pendientes de todo lo que haces. Y es gente que tiene opiniones muy diversas que debemos amalgamar.

-Al valenciano, ¿qué le dirías que va a ver en la inminente edición de Cinema Jove?
-Se va a enterar de lo que va a suceder solamente con ir por la calle. Va a ver un festival de cine donde se va a notar el carácter evidentemente joven de sus propuestas desde la sección oficial hasta sus ciclos. A partir del 23 de junio, se va a encontrar con mucho, mucho que elegir y es muy probable que con tanta oferta encuentre el cine que más le gusta.

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