El Tintero / OPINIÓN

Dos décadas de familia, de empresa y de valencianía

Entre tantas noticias que empañan el transcurso esperable y razonable de una sociedad democrática, los valencianos seguimos dando muestras de trellat, de trabajo y también de cooperación, no somos tan individualistas. Y la prueba es los 20 años que cumple IVEFA

25/10/2017 - 

VALÈNCIA. En estos tiempos difíciles donde la crisis económica nos enfrentó a situaciones extremas, la inmensa mayoría se resguardaron, se protegieron, se arrimaron a la familia. Esa célula fundamental de la sociedad que los diferentes gobiernos intentan desprestigiar cuando no destruir, no alcanzo a entender porqué. Solo la corrupción del lenguaje, de las palabras ya es suficientemente grave para desnaturalizar las cosas más básicas de nuestra existencia. En esa cruzada sigue la dictadura de lo políticamente correcto. Pese a todo, la familia sigue siendo un espacio donde el ser humano se desarrolla, aprende, crece, madura y en nuestra cultura, en muchas ocasiones, encuentra trabajo. 

Y no solo por la lógica y razonable cobertura familiar que suele ayudar a comenzar en el ámbito laboral –pues no somos seres aislados e incomunicados–, de la misma manera que el entorno universitario y de amistades puede ser un canalizador especialmente en los primeros pasos profesionales. Sino porque nuestra economía, la española, está profundamente ligada a la empresa familiar, o como suele decir el presidente de IVEFA, José Bernardo Noblejas, a la familia empresaria. Muchas de las grandes empresas españolas, incluidas varias de las del IBEX 35 son empresas familiares, donde varias generaciones han puesto ilusión, dedicación, esfuerzo y porqué no decirlo cariño en su criatura, su empresa. 

José Bernado Noblejas, presidente IVEFA en la puerta de su despacho. Foto: Eva Máñez La Comunidad Valenciana cuenta entre sus empresas más señeras y relevantes con familias empresarias, me vienen rápidamente tres nombres propios a la cabeza: familia Roig (Mercadona), familia Boluda (Grupo Boluda), familia Lladró. Por supuesto que hay cientos, pero no me negarán que son de los más representativos. La relevancia de las familias en el tejido empresarial y la necesaria profesionalización, estudio y comprensión de este fenómeno motivaron en la década de los 90 a algunos de nuestros empresarios ilustres, como Mario Mariner o Arturo Virosque, entre otros, a crear una comisión de estudio de la empresa familiar dentro de la Cámara de Comercio de Valencia. A finales del siglo XX (1997) se constituía el IVEFA –Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar– y ya son dos décadas de trabajo y de acompañamiento para prestigiar y ayudar a las familias empresarias. 

La realidad de la familia y la empresa, pese a lo que algunos puedan pensar, no es sencilla, pues se mezclan los asuntos personales, familiares y profesionales, se hace difícil desconectar cuando se llega a casa pues las personas son las mismas aunque los roles puedan ser distintos. Cuántas horas de sueño dedican a pensar y proyectar qué hacer con la empresa, como solventar un contratiempo, cómo sobrevivir cuando el mercado entra en crisis o cómo crecer en tiempos de bonanza. El espíritu de sacrificio, la disciplina y la voluntad de generar riqueza en su entorno son valores que las familias empresarias transmiten no sólo a sus hijos sino a toda la sociedad. Probablemente no valoramos suficiente este hecho y por ello en las últimas décadas los universitarios españoles mostraban interés por ser funcionarios, o sea, trabajo fijo, seguro y a cobrar del Estado. 

Una estado de derecho debe tener funcionarios para su normal funcionamiento pero es evidente que la inmensa mayoría debe generar valor y riqueza para que la economía funcione, por ello el espíritu empresarial y emprendedor debería ser algo generalizado en las aulas de las universidades españolas. En esa línea trabajan centros como EDEM en nuestro territorio y otros en diferentes ciudades. Por ello desde IVEFA no sólo se propusieron ayudar a través de conferencias, cursos, talleres, sesiones de trabajo, etc. a las familias empresarias sino que colaboran con todas las universidades valencianas, pues ahí reside el futuro de nuestra tierra. 

Las dos décadas de unión, convivencia y colaboración de más de 160 grupos empresariales que en la actualidad forman IVEFA nos sirven para por un lado desmontar el mito del individualismo del empresario valenciano y por otro, mantener la confianza y la ilusión en que los valencianos somos emprendedores, trabajadores, luchadores y familiares. ¡Larga vida a IVEFA!

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