El fracaso deportivo es lo de menos

Foto: Rafa Molina
16/04/2017 - 

ALICANTE. Pese a que restan aún cuatro jornadas, el Hércules ya no tiene nada que decir en el presente curso liguero.

Con la derrota en Villarreal de este sábado, los blanquiazules ponían fin por adelantado a una campaña en la que se ha fracasado estrepitosamente, igual que hace tres años con el descenso 'a la B', o las dos últimas temporadas en las que al menos disputar el 'play-off' permitió amortiguar el batacazo que supuso no ascender, después de no cumplir tampoco el primer objetivo que era terminar la liga regular como campeón del grupo III.

La responsabilidad de Enrique Ortiz, Juan Carlos Ramírez, Javier Portillo y Dani Barroso en este nuevo naufragio de la nave blanquiazul es total, pero que nadie espere una disculpa y menos dimisiones, ceses, etc.

Foto: Rafa Molina

Los cortoplacistas que gobiernan el club sin ser titulares de la mayoría de las acciones, como ellos mismos reconocen ahora abiertamente, ya pueden ponerse las pilas, pero no precisamente en lo que se refiere a la planificación deportiva de la próxima temporada. No nos engañemos: siendo eso importante, es también absolutamente secundario ante el grave problema institucional en el que se encuentra el Hércules como consecuencia de su insolvencia.

El club ha de pagar o avalar ya los 3,9 millones de euros que adeuda a la Agencia Tributaria y en junio 1,5 millones a los acreedores ordinarios. Dos problemas gravísimos, cuya solución no admite demora y a los que se puede unir la tristemente famosa decisión de recuperación, una 'bomba de destrucción masiva' que puede explotar cualquier mañana de estas como el Hércules se lleve un revés judicial en Luxemburgo, ante la pretensión de lograr la suspensión cautelar del pago de los ya siete millones de euros que le reclama la Comisión Europea. 

Foto: Comisión Europea

Hay que solucionar, sí o sí, todo lo anterior: ahora mismo y con lo que ha llovido,  no son admisibles ni los "principios de acuerdo" ni otros de esos 'juegos florales' que tanto gustan a Juan Carlos Ramírez, el socio de Enrique Ortiz en el Hércules y otros negocios como Panoramis. Digo lo anterior, porque a buen seguro que el empresario vasco volverá a deslizar en los próximos días que él y Ortiz no se rascan el bolsillo porque "no son los dueños", para tratar de presionar al IVF con el tema de las acciones y su subasta...

La superviviencia del Hércules está en juego y ellos, con acciones o sin ellas, son y serán los únicos responsables de lo que ocurra porque, cuando se trataba de gastar, no pidieron permiso a nadie pese a que como ellos bien dicen tampoco eran los dueños. Les toca pagar o avalar (que en el fondo es lo mismo).

Foto: EFE

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