El billete / OPINIÓN

El PP hizo trampas

Foto: EFE/MANUEL BRUQUE

Nos llegó una documentación y la entregamos a la Justicia. Las evidencias son tales que, al margen de posibles responsabilidades penales, podemos afirmar que el PP hizo trampas en la campaña de Rita Barberá de 2007

25/12/2016 - 

Hace tres meses, a finales de septiembre, una persona hizo llegar a Valencia Plaza varias carpetas de documentos de una empresa ya desaparecida, Laterne Product Council (LPC), cuyo contenido tenía muy mala pinta. Muy mala pinta para el Grupo Municipal del PP de Valencia, cuestionado desde que estalló la operación Taula por el llamado pitufeo, nombre que alguien inventó para el blanqueo de capitales en pequeñas dosis a través de muchos actores.

La documentación constaba de una copia del contrato que firmaron el dueño de Laterne, Vicente Sáez Tormo, y el número dos del Grupo Municipal, Alfonso Grau, para que esta empresa organizase la campaña electoral de Rita Barberá en 2007 por 150.000 euros, que es una cantidad bastante elevada para una campaña municipal. Joan Calabuig (PSPV), rival de Barberá en los siguientes comicios, dispuso de 17.000 euros. 

Incluía también la liquidación del contrato, un año después, una vez cobrados esos 150.000 euros. Y contenía cientos de facturas de los proveedores de Laterne para esa campaña, la campaña de Rita Barbera, que según uno de los documentos con membrete de la empresa costó en realidad 3 millones de euros. Tres millones, más de lo que costó la campaña de Podemos en toda España el 20D de 2015. La de Albert Rivera por todo el país costó 4 millones, por poner otro ejemplo.

Quienes siguieron de cerca aquella campaña recuerdan que la imagen de Rita estaba en todas partes, que barrió en presencia a su principal rival, la socialista Carmen Alborch, quien contaba con el mejor presupuesto de la historia del PSPV local, casi 100.000 euros. Como ha resumido más de un político durante esta semana en la que Valencia Plaza ha destapado el escándalo RitaGate, la alcaldesa partió con ventaja en la carrera electoral, su candidatura iba "dopada" igual que los deportistas que recurren a productos farmacéuticos prohibidos para ganar fuerza y resistencia.

A las empresas, incluidos medios de comunicación, se les instaba a quitar de las facturas toda referencia a la campaña del PP y a Rita Barberá

En una hoja con membrete de Laterne figura junto a los gastos la lista de "aportaciones" por un total de 3 millones de euros. En ella, nombres de empresas contratistas del Ayuntamiento –por ejemplo, las tres adjudicatarias en 2005 del contrato de recogida de basuras de Valencia por 900 millones en 15 años: SAV, FCC y Secopsa–, inmobiliarias con intereses en la ciudad y hasta una fundación financiada en un 80% por el Consistorio, Turismo Valencia Convention Bureau.

Por el otro lado de Laterne, las empresas proveedoras de servicios y productos para la campaña, incluidos medios de comunicación en los que se insertó publicidad. Por si faltaban evidencias, a las empresas se les instaba a quitar de las facturas toda referencia a la campaña del PP y toda alusión a Rita Barberá, de suerte que una factura por "Realización vídeo Alcaldesa 2007" se convertía en "Realización vídeo Valencia 2007". Inútil intento de ocultar al verdadero cliente, puesto que en la documentación no sólo figuran las hojas de encargo de Laterne a estas empresas, con numerosas alusiones a Barberá y el PP, sino que en muchos casos consta la factura original y la rectificada, idéntica salvo en la descripción del producto o servicio.

Miembros de la lista del PP que encabezó Rita Barberá en 2007. Foto: EFE/MANUEL BRUQUE

A la vista de tantas evidencias, Valencia Plaza hizo lo que la ley le obliga a hacer, que es poner en conocimiento de la Administración de Justicia lo que aparentaban ser indicios de delito. Así lo debió considerar también el juez, puesto que incorporó la documentación a la causa de la operación Taula mientras la Fiscalía Anticorrupción y la UCO iniciaban las pesquisas. Y nos pidieron que no publicásemos nada en un par de meses para evitar levantar la liebre.

Esos que cuando uno señala la luna se fijan en el dedo en lugar de en la luna, entre ellos algún imputado en esta misma causa, nos acusan de vulnerar el secreto del sumario y de entorpecer el camino de la Justicia. ¡Ya les gustaría que lo entorpeciéramos!

Valencia Plaza no ha vulnerado ningún secreto del sumario por la sencilla razón de que no conoce el sumario ni tiene acceso a él. Lo que este periódico está publicando –excelente trabajo el de Loreto Ochando– es la documentación que le llegó en septiembre, y lo hace tras esperar tres meses, a petición de los responsables de la investigación. Tres meses en el transcurso de los cuales falleció Rita Barberá. Nos habría gustado que hubiese podido decir algo sobre este asunto, pero el hecho de que ya no esté viva no significa que no haya caso, puesto que ella era la candidata, pero la organización corrió a cargo del PP municipal.

Lógicamente, tanto el magistrado instructor como el fiscal responsable del caso fueron informados de que íbamos a publicarlo.

Entre los actos que pagó el PP autonómico estuvo aquel en en que Bernie Ecclestone prometió que traería las carreras a Valencia siempre que ganase Camps

En resumen, el derecho a la información ampara la publicación de estos papeles, que a nuestro juicio revelan que el PP hizo trampas, que se presentó con una ventaja insalvable para el resto de partidos y que posiblemente cometió uno o varios delitos.

Esto último, lo del delito, lo deben decir los tribunales. Los casi diez años transcurridos y el hecho de que el dueño de Laterne haya fallecido y la empresa cerrado dificulta la confirmación de los indicios. Como ocurrió con el escándalo de Feria Valencia en los primeros años de siglo –bajo el mandato de Alberto Catalá, protegido de Barberá–, puede que la Justicia acabe archivando porque no puede demostrar que quienes hundieron Feria Valencia cometieran delito o porque haya prescrito. Lo que tampoco podrá es convencer a muchos, entre ellos el autor de estas líneas, de que más de uno se forró a costa de los valencianos –en el caso de la Feria– o de que el PP hizo trampas en las elecciones de 2007.

Para terminar, un detalle en el que nadie ha reparado. La campaña de Rita Barberá contó con unos fondos de más de 3 millones de euros, pero indirectamente la fiesta costó mucho más. Una fiesta a la que no faltaron Rajoy ni Francisco Camps, presidente de la Generalitat y candidato a la reelección, de cuya campaña para las autonómicas –nada modesta– también se benefició Barberá. Entre los actos conjuntos que pagó el PP autonómico y no el municipal estuvo el celebrado con Bernie Ecclestone en el que el magnate de la Fórmula 1 prometió que traería las carreras a Valencia siempre que ganase las elecciones Camps. 

Los socios de Valmor, con Barberá, Ecclestone y Camps en 2007. Foto: MANUEL BRUQUE/EFE

Un Camps que, a su vez, prometió que los grandes premios no costarían ni un euro a los valencianos porque de todo se encargaría una empresa llamada Valmor Sports. Valmor sí, la firma que dio nombre al caso Valmor, la empresa quebrada que nos costó a los valencianos lo que sí está escrito.

¡Feliz Navidad!

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