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El eco de Gürtel se cuela en la sesión de control

26/01/2018 - 

VALÈNCIA. En la presente legislatura, dos han sido los momentos más complejos a los que se ha enfrentado el PP de la Comunitat Valenciana en Les Corts y ambos han venido arrastrados por la ola de las causas de corrupción vinculadas al pasado de la formación popular. El primero llegó en septiembre de 2016, cuando el partido de la gaviota de Isabel Bonig tuvo que dar un paso adelante y firmar con todos los grupos parlamentarios una propuesta de resolución por la que se le pedía a Rita Barberá que renunciara al acta en la Cámara Alta cuando el Tribunal Supremo le abrió causa por un presunto delito de blanqueo. El segundo plato de difícil digestión para los populares llegó este jueves con la Proposición No de Ley de Compromís que instaba al expresident Francisco Camps a renunciar al Consell Jurídic Consultiu.

La iniciativa de la coalición valencianista no aterrizó en el parlamento valenciano porque sí. El grupo de Fran Ferri la registró con carácter de urgencia aprovechando el contexto actual en el que las declaraciones de los principales investigados de Gürtel por la presunta financiación irregular de los populares apuntan a la cúpula del PP valenciano durante el mandato de Camps. "Sobran los motivos", espetó, de hecho, la diputada de Podemos, Fabiola Meco.

Con este clima llegaron 28 diputados del PPCV a la sesión de control al president de la Generalitat, Ximo Puig, que durante semanas habían requerido que se celebrase –y de la que algunos hubiesen preferido librarse–. Un ambiente marcado no solo por la incomodidad de tener que enfrentarse a la reprobación a quien durante años fue el líder regional del PP, sino también por la acusada división interna que el debate sobre qué decisión tomar –votar– causó durante las horas previas.

A pesar de que la propuesta se había dejado para el final de la jornada, el eco de Gürtel no dejó de resonar en el hemiciclo durante toda la mañana. De poco le sirvió a la lideresa actual del PPCV los envites al jefe del Consell, las dos propuestas en materia de turismo que le ofreció para combatir el intrusismo o recurrir al salvavidas de que el AVE había llegado a Castellón esta semana para mantenerse a flote –un argumento que Puig calificó de "imprudente"-, después de que el president de la Generalitat desvelara que el PP valenciano mantiene en su página web un comunicado de 2009 en el que Bonig –entonces coordinadora del partido y alcaldesa de la Vall d’Uixó– mostraba su "apoyo total y sin fisuras" a Camps y Ricardo Costa, y a quienes describía como "un ejemplo de entrega y trabajo por y para los ciudadanos".

La sesión no había hecho más que comenzar. Y después de que Puig le pidiera que asumiera "responsabilidades políticas" y le recordara que si estaba sentada en la bancada popular era "por Carlos Fabra y Paco Camps", llegó el turno de Compromís, que con la bala en la recámara que había preparado para el final de la sesión, se limitó a pedirle al jefe del Consell una valoración sobre "las últimas revelaciones" del caso Gürtel. También la formación morada centró su control a Puig en Gürtel. En concreto, cuestionó cómo garantizaría el Ejecutivo valenciano que los responsables de la corrupción en la Comunitat Valenciana no siguieran "enriqueciéndose a costa de los valencianos" y si alguna empresa de la trama mantiene actualmente contratos con el Botànic. 

Una hora y media en la que el silencio que guardaron en las filas del PPCV fue sólo interrumpido por algún grito ahogado de "ya veremos" o "al tiempo" -en referencia a que haya una sentencia firme-. Las caras en la bancada popular distaban mucho de las que pudieron verse en otras sesiones de control y la tensión acumulada de algunos dirigentes del partido terminó estallando con alguna salida a los pasillos contiguos al hemiciclo. 

Después de horas de negociaciones de los populares con el resto de grupos -querían que se debatiera su enmienda a la PNL de Compromís a pesar de que el Reglamento de Les Corts lo impedía-, se acordó hacer una excepción y permitir que el Partido Popular defendiera su propuesta alternativa, aunque ningún grupo iba a aceptarla. 


Finalmente los populares se abstuvieron, una alternativa que les permitía desmarcarse de la etapa anterior del PP y a su vez no reprobar públicamente a su expresidente regional. La encargada de defender la posición que adoptaría el grupo fue la portavoz adjunta María José Catalá. Una tesitura envidiada por nadie, pero de la que la diputada no salió mal parada. Justificó la abstención de su partido en la "ira, furia, resentimiento y venganza" que destilaba el texto de la coalición valencianista, en su oposición a convertir el parlamento valenciano "en un tribunal de honor propios del franquismo" y por pensar que la iniciativa era "un brindis al sol". Cabe señalar que la proposición no es vinculante y Camps podrá mantenerse en el CJC si lo considera lícito, como de hecho ha asegurado que hará.  

Ningún grupo parlamentario respondió a su alegato, pero sí tomaron la palabra para explicar sus votos favorables a la PNL de Compromís. El diputado de Ciudadanos, Juan Córdoba, se mostró convencido de que Camps abandonaría el órgano consultivo; Meco celebró que se votara esta iniciativa; Ferri dijo que el expresident de la Generalitat de 2003 a 2011 no les representaba; y el síndic socialista, Manolo Mata, apeló a la lucidez para que el PP respaldara la proposición. "Todos nacemos locos, y a algunos les dura toda la vida, pero hoy sería una locura no reprobar a Camps, no por lo que ha hecho, sino por lo que no ha hecho: irse", zanjó. 

 

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