los socialistas retiran una moción que marginaba el ramal mediterráneo

PSPV y Compromís se enfrentan a cara de perro en el Senado por el Corredor Central

27/04/2017 - 

VALÈNCIA. En pocas semanas el Gobierno valenciano cumplirá el segundo año de legislatura. Un aniversario al que los dos socios del Consell, PSPV y Compromís, llegarán con cierta mochila de conflictos acumulados que, más que probablemente, apuntan a arreciar cuando se aproxime la cita electoral de 2019. Así, se antoja inevitable que las dos fuerzas traten de sacar rédito de sus fortalezas -y de las debilidades de su compañero y rival- para buscar una mejora de los resultados electorales con el objetivo de, por parte de los socialistas, mantener a Ximo Puig en la Presidencia de la Generalitat y, en el caso de Compromís, lograr el adelantamiento que convierta a Mónica Oltra en la nueva jefa del Consell. Todo ello, eso sí, si se mantiene la mayoría del bloque de izquierdas. 

Es por ello que las batallas en distintos campos de actuación comienzan a reproducirse. Compromís, en concreto, tiene un filón en la capital de España por la mayor libertad de movimientos de sus representantes en el Congreso y Senado. Su independencia respecto a una dirección estatal les permite actuar de una manera más libre que a los parlamentarios socialistas, siempre sujetos al juego de equilibrios territoriales y orgánicos que emanan desde las estructuras centrales o númericamente superiores.

Con este contexto, se entiende el duro enfrentamiento que se produjo este miércoles en el Senado por la moción firmada por parlamentarios socialistas de Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Aragón que solicitaba una preferencia para el denominado Corredor Central. Un texto en cuya redacción se relegaba al Corredor Mediterráneo que defiende el Gobierno valenciano a un espacio secundario, una moción que había sido criticada públicamente por el senador de Compromís Carles Mulet, quien presentó dos enmiendas.

El expresidente de la Generalitat Joan Lerma en el Senado

En esta línea, la iniciativa, tal y como informó Valencia Plaza, fue objeto debate en una reunión de parlamentarios nacionales celebrada el martes en la sede de Blanquerías. El representante del PSPV en la Cámara Alta, el expresidente de la Generalitat Joan Lerma, no estaba dispuesto a respaldar la citada moción por lo que se trataron de negociar fórmulas para evitar tener que rechazar la propuesta en la votación del miércoles.

Así, la presión del PSPV empujó a la búsqueda de una transacción en las horas previas a que modificara el texto en aspectos que fueran más aceptables para el Gobierno valenciano. De hecho, llegó a posponerse la votación para que los grupos negociaran. Aquí llegaron los problemas, dado que un grupo necesita la firma de otros tres para llevar a cabo una maniobra parlamentaria de este tipo. Fuentes de la cámara señalaron que los socialistas trataron de convencer a Podemos, que había presentado una enmienda de sustitución en la que mostraba, entre otras variaciones, la concreción del año 2020 como fecha tope para la conclusión de las obras del Corredor Mediterráneo. Pero el texto propuesto por los socialistas, que sí había obtenido consenso con PP y PNV fue rechazado por la formación morada; de la misma manera que tampoco obtuvo el apoyo de Compromís ni de ERC.

En este sentido, el texto propuesto para la transacción concretaba algunos aspectos como impulsar "decididamente el ramal del Corredor Transeuropeo Mediterráneo desde Castellbisbal hasta Almería, con especial incidencia en la aceleración y finalización de los tramos entre Castellbisbal y Murcia". Unos compromisos sin fecha de cumplimiento y que se resumían en el último párrafo de la siguiente manera: "El Gobierno incluirá, para tal fin, las partidas de inversión suficientes en los sucesivos Presupuestos Generales del Estado de modo que este ramal se concluya a la mayor brevedad posible". Una afirmación que contrasta con el tratamiento al Corredor Central en la misma transacción, donde se especifica que el Ejecutivo incluiría "las partidas de inversión suficientes en los sucesivos Presupuestos Generales del Estado hasta 2020".

Una redacción que no convenció a Compromís y Podemos, que se cerraron en banda a aceptar la citada transacción al considerar que no existía un compromiso "concreto" ni "prioritario" con el Corredor Mediterráneo. Ante la situación de no poder modificar la moción, el PSPV jugó fuerte para evitar que Lerma tuviera que votar en contra de la misma, consiguiendo forzar al grupo socialista a que la retirara. En este sentido, fuentes de la formación del puño y la rosa criticaron que Compromís se hubiera negado a transaccionar y les acusaron de tratar de buscar rédito electoral en un asunto sensible para los valencianos.

El senador de Podemos Ferran Martínez. Foto: ESTRELLA JOVER

En cambio, desde Compromís la maniobra fue vista como una victoria. "Hemos forzado al PSOE a retirar su moción", comentaba Mulet, quien había tejido un discurso agresivo en la trona acusando al PSOE andaluz de poner "la patita" y afear al PP su deseo de que "todo pase por Madrid". "Es en el Mediterráneo donde están los puertos y la actividad económica y en el trazado central tan solo los puertos de montaña", señaló, para criticar además que la propuesta planteada en la moción dejara a Almería "sin conexión con Algeciras". "Es algo insultante para los valencianos que no podemos admitir", subrayó, en una intervención muy criticada por el senador andaluz José Caballos quien afeó a Mulet su calificativo de "cúpula rancia" hacia el PSOE de Andalucía además de desafiarle al afirmar que, mientras el PSOE había ganado "30 elecciones en Andalucía", Compromís no había ganado "ninguna".

También fue criticado, incluso hubo algún abucheo, al senador valenciano de Podemos, Ferran Martínez, quien deslizó que la moción presentada por determinados senadores socialistas no podía desvincularse de la precampaña de primarias que está viviendo el PSOE. 

Un episodio, este del Senado, que apunta por donde pueden crecer los conflictos entre los dos socios del Consell. Así, si por el momento los pulsos internos en el Gobierno valenciano van conteniéndose a veces a duras penas, el cambo de batalla estatal parece señalarse como la zona de guerra donde, al menos hasta ahora, se buscar sacar cierta ventaja del rival y compañero de Ejecutivo.

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