TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

Alicante, una ciudad con Teatro y sin papeles

No se entienden ni las acciones ni las políticas municipales que pretenden deshacer lo que parece que está bien

5/02/2017 - 

Esta semana hemos de lamentar el cierre del Teatro Bistrot Terrace, la terraza ubicada en la fachada lateral del Teatro Principal de Alicante. Las causas del cierre descansan en una orden de la Concejalía de Urbanismo por entender que la dimensión, la actividad e instalaciones del lugar exceden del concepto de velador para ocupar la vía pública.

No pretendo entrar aquí en cuestiones técnicas relacionadas con la procedencia o no de la orden, por cuanto eso ya se verá por quien corresponda. Quiero pensar que la ordenanza habrá tomado en consideración el especifico Plan de Ordenación de la Ocupación de la Vía Pública para la Instalación de Veladores en esa concreta Plaza de Ruperto Chapí, porque quizás fue en base a ese Plan que ese grupo empresarial efectuó importantes inversiones para desarrollar el espacio.

Fuera de eso, el antes y el después del meritado lugar poca discusión admite. Antes era un espacio inerte, de paso, de poco paso. Después ha sido una referencia para quienes nos gusta la vida en la ciudad. Un lugar para detenerse, para pasar y tomar algo cuando bajas del mercado, para leer el periódico. Un lugar agradable de ver y de estar. Es por eso que no se entienden ni las acciones ni las políticas municipales que pretenden deshacer lo que parece que está bien. Y es precisamente en este terreno, el del entendimiento a las políticas, en el que deseo detenerme.  

Miren, no dudo de la necesidad de observar la regulación administrativa para que haya una homogeneidad y una coherencia en la vía pública. El equilibrio entre los intereses privados y públicos es fundamental para la convivencia y el desarrollo urbano de un territorio. Sin embargo, creo que el diseño de las normas, su aplicación y la gestión de determinadas situaciones requiere de una visión a largo plazo por parte de la administración. Hay lugares, momentos y situaciones que demandan cintura política y, desde luego en este campo, no parece andar muy acertado nuestro Consistorio.

No es cuestión de un establecimiento concreto (que será uno más en la lista de los que el Consistorio cierra o precinta). El debate va de poner en valor nuestra ciudad, de atraer inversión, de hacer que los empresarios quieran venir y desarrollar empresas de calidad en Alicante. Habrá mucho que discutir sobre la procedencia o el encaje jurídico de la orden, pero la realidad es que el lugar era ciertamente agradable y que la actuación aportaba valor a la zona. Quizás por eso esa terraza había recibido, hace escasos meses, el prestigioso reconocimiento a la “Calidad Turística” por la Secretaria de Estado de Turismo.

En fin, el cierre de este lugar es sin duda una mala noticia. Y lo es, no solo porque Alicante no es ciudad abundante en términos de calidad, sino por el efecto disuasorio y de inseguridad inversora que este tipo de “actos políticos” implica. Los empresarios se lo pensarán muy mucho antes de invertir en Alicante y esa reacción la sufriremos los alicantinos.  A mí me encantaría que mi Ayuntamiento tuviera una visión más empresarial y apoyara más a la figura del empresario como motor social. Le pese a quien le pese, es el empresario el que crea empleo y genera las oportunidades laborales y profesionales de donde nacen los impuestos con los que sostenemos nuestros hospitales, las infraestructuras o nuestro sistema educativo.

 De justicia es reconocer que Concejales como Sonia Tirado tienen la sensibilidad de entender la importancia de promover el emprendedurismo y facilitar las cosas para que se haga empresa en Alicante. Sin embargo, la sensación colectiva en sede empresarial es que esas iniciativas no son coherentes con lo que se hace desde otras áreas del Ayuntamiento.  No es esta cuestión de partidos ni de ideologías. Se trata de tener una visión estratégica de ciudad a largo plazo. Es tener cintura; es hacer políticas que promueven la iniciativa empresarial fomentando el empleo en lugar del desempleo, desempleo que, por cierto, desde ayer podría haber aumentado en Alicante con las 16 personas que trabajaban en ese lugar hoy cerrado. Afortunadamente, los empresarios han decidido reubicarlos para no dejar a nadie sin empleo. A ver si la fortuna nos sigue sonriendo y esos mismos empresarios deciden seguir en Alicante.

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