ciudadana / OPINIÓN

 Diálogo de sordos 

16/09/2018 - 

El lunes 10 de septiembre se inauguraba el año judicial, y el martes se celebraba en Cataluña la Diada. Dos escenarios distintos con discursos paralelos. El Presidente del Poder Judicial hablaba de defensa de la Ley mientras el Presidente Torra hablaba de desacatar las sentencias e ir hasta el final en el proceso independentista.

Lesmes, parecía hablarle a Torra, cuando en la apertura del Año Judicial decía: "La Constitución, es permeable a las transformaciones políticas y sociales, pero no puede ser concebida como políticamente neutra, pues preserva la convivencia democrática a través de un determinado modelo, querido y definido por el pueblo español, como poder constituyente". Por tanto o se defiende la Constitución o se reforma pero no cabe pasar de ella porque entonces la deja inservible. El Presidente del Consejo General del Poder Judicial, solicitaba adhesión ciudadana a los valores que recoge nuestra norma fundamental y pedía lealtad institucional a los poderes públicos. Recordaba que no se puede oponer Estado de Derecho a estado democrático sino que éste se articula a través de la ley y de los procedimientos establecidos.

La Fiscal General del Estado se estrenaba en los discursos protocolarios, y también tuvo palabras para Cataluña, señalando de su memoria anual que el año pasado se desbordó el orden constitucional y estatutario y recordó que no hay nada más democrático que “La Ley porque la Ley nos vincula a todos”.

Ya hemos tenido en nuestra historia muchas constituciones de nombre pero sin fuerza jurídica. Debemos respetar la Constitución y sobre todo, vienen obligados a ello los cargos públicos y autoridades que prometieron cumplir con el ordenamiento jurídico tan sólo minutos antes de su toma de posesión. Cuando la autoridad huye de la ley o impone su voluntad al margen de ésta, se ejerce el despotismo, se deja de ser demócrata para transformarse en autoritario. La Constitución es el punto de partida y límite de los demás derechos. No se olvide que también se celebran elecciones en sistemas no democráticos.

Sería conveniente que Torra repasara lo que significa Estado Social y Democrático de Derecho que es el que propugna nuestra Constitución. Reiterada doctrina defiende inseparables democracia y constitucionalismo como la forma jurídica más avanzada de conjugar la soberanía popular con los límites que la Constitución establece (F. Bilancia, 2011).

Esta misma semana se presentaba en el Congreso una propuesta del PDeCAT negociada con el PSOE para que el Gobierno iniciara un proceso de diálogo con el gobierno de Cataluña en el marco del ordenamiento jurídico, pero al final fue retirada por el mismo grupo proponente porque tanto ERC como algunos miembros del PDeCAT no quieren establecer límites. Pero que nadie se engañe, los líderes independentistas no quieren diálogo para quedarse en España sino que sólo buscan negociar el reparto y la liquidación con el Estado. Están dispuestos a asumir todos los sacrificios para conseguir la independencia, no pretenden un mayor autogobierno.

En la hoja de ruta del procés previamente establecida y documentada a través de informes del Consejo Asesor se advertía ya hace cuatro años que la sociedad movilizada sería el instrumento para su objetivo. La sociedad civil se movilizaría y el Estado tendría que controlar las medidas de fuerza por cuanto es un país de la UE que no puede vulnerar los Derechos Fundamentales. Cuando falle todo lo previsto, sigue el documento, cabrá una lucha de poderes para intentar controlar al otro (pág. 14 del Informe X).

Desconozco si el Gobierno tiene medida la dimensión del conflicto, pero ojalá yo me equivoque y si al final se acuerda el diálogo, éste no sea entre sordos.

Victoria Rodríguez Blanco

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