el nuevo presidente mira al este y asia; sonae y los segarra lo fuerzan a comprar

Divorcio a la portuguesa en el grupo de Sprinter: los minoritarios rompen con JD tras su giro

Foto: RAFA MOLINA
10/05/2023 - 

ALICANTE. El matrimonio entre la británica JD Sports, la portuguesa Sonae y la alicantina Sprinter, formalizado en febrero de 2018 para dar origen al gigante ibérico del retail deportivo, ha sido ciertamente exitoso. Las marcas de Iberian Sports Retail Group (ISRG), controlado con un 50,02% por JD, facturaron en 2021 (las cifras de 2022 aún no se conocen) más de 800 millones de euros, de los que más de la mitad fueron aportados por Sprinter, que ha duplicado su negocio desde que se fundó ISRG.

Sin embargo, el cambio en la cúpula de JD tras la llegada de su nuevo CEO, el francés Regis Schultz, 'fichado' para sustituir a Peter Cowgill, parece haber terminado con la armonía del último lustro. La nueva JD quiere mirar al este de Europa y a Asia, dos mercados que Schultz conoce a la perfección, pues llegó a Londres desde Dubai. Y, sobre todo, potenciar el rótulo JD frente a las otras marcas de ISRG. El sur de Europa, y por tanto su joint venture ibérica, ya no es tan importante. La segunda gran apuesta es la digitalización, cuando a Sprinter, aunque su canal online crezca a doble dígito los últimos años, lo que le funciona de verdad es la venta física, como demuestra que acabe de abrir una tienda de 3.000 metros cuadrados en Alcorcón.

Así las cosas, los socios minoritarios de ISRG, Sonae y Balaiko, la sociedad patrimonial de la familia Segarra, han activado la cláusula de 'divorcio' que contemplaba el contrato de formación del grupo. Dicha cláusula obliga a JD a comprar la participación de los minoritarios (el otro 49,98%) o a venderles la suya. Si pasado el plazo previsto, la firma británica no ha activado ninguna de las dos opciones, la pelota pasará al tejado de la rama ibérica de ISRG, que tendrá que optar por una de las dos posibilidades. Las negociaciones, según las fuentes consultadas, ya están en marcha.

Ángel Segarra, CEO de Sprinter. Foto: SPRINTER

Si bien la opción activada por Sonae y los Segarrra deja abierta y en manos de JD la fórmula elegida, lo que está claro es que es una petición de divorcio sin marcha atrás (aunque en realidad, esa opción también existe). Los implicados no han querido ser más explícitos en sus motivos, pero sí admiten "una alteración en la relación con el grupo JD". Alteración que obedece al citado cambio de orientación del negocio de la matriz británica y que, a juicio de portugueses y españoles "afecta significativamente a la estrategia y las opciones de crecimiento de ISRG". Falta por decidir quién compra a quién, pero distintas fuentes empresariales consultadas apuntan a que la lógica indica que Sonae y Balaiko buscan que sea JD quien adquiera su 49,98%, y no al revés.

Si la llegada de Schultz ha enrarecido la relación entre británicos e ibéricos, la sintonía entre la rama portuguesa y la española es total, como se encargaron de demostrar las dos partes en la reciente inauguración de la macrotienda de Madrid. Al frente de los lusos y del grupo en España se encuentra, de hecho, el ejecutivo Miguel Mota Freitas, y como CEO de Sprinter ejerce con plena confianza del luso el ilicitano Ángel Segarra. Los dos comparten una visión del negocio que ya no es la del socio mayoritario, y solo contemplan dos opciones: que salga JD (a continuación, habría que venderle el 30% que controlan Sonae y Sprinter en el negocio de la marca británica en España), de forma que puedan redirigir su estrategia en la Península, o, más probable, cerrar una buena venta y salir ellos.

Fachada de la macrotienda de Sprinter en Alcorcón, inaugurada hace dos semanas. Foto: AP

En el caso de Sonae, este desenlace significaría perder su participación en el negocio del retail deportivo en España (y Países Bajos), pero no en Portugal, donde además gestionan otras marcas de moda no deportiva. Para los socios alicantinos, sin embargo, vender su participación en ISRG supondría el punto final a su trayectoria empresarial en la firma de artículos deportivos que fundaron en Elche sus padres junto a la familia Bernad hace décadas, y cuya mayoría ya vendieron a JD en 2011 por 20 millones de euros. 

El último ejercicio, Sprinter facturó más de 400 millones de euros, y en 2022 volvió a crecer a doble dígito, según explicaba su CEO en una reciente entrevista con Alicante Plaza. En dicho crecimiento, además de su espectacular progresión en nuestro país, donde ya opera cerca de 210 tiendas, tiene un impacto decisivo su entrada en los Países Bajos (precisamente, a través de la compra a JD de su negocio en el país), donde este año prevé abrir al menos cinco tiendas tras estrenarse en 2022 con dos establecimientos.

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