El Elche y Toril respiran (algo más) tranquilos

Foto: Pepe Olivares
10/04/2017 - 

ELCHE. El Elche tenía que ganar hoy sí o sí. No cabía otra palabra en su vocabulario. Un paso en falso y estabas hundido. La jornada era propicia para poder salir al fin del atolladero teniendo en cuenta los resultados del resto pero el Domingo de Ramos se iba a convertir en un domingo de nervios y de pasión. ¿Ganar sin sufrir? Imposible. Salir del lío de abajo no va a ser nada sencillo y más cuando el equipo se desconecta por fases. La victoria no se ha cimentado a base de juego, sino de pundonor.

El panorama era complicado. Toril en la cuerda floja, el vestuario enrabietado y delante un filial, un equipo capaz de lo mejor y de lo peor. La situación no era cómoda y los jugadores podían achacar la presión del que se juega la vida. Y si a todo ello le sumas el maldito horario (Domingo de Ramos en Elche a las 16 horas, una completa locura), la combinación era explosiva. No obstante el equipo salió con ganas, con intensidad y voracidad. Se notó. La presión arriba pronto surgió efecto con un robo de balón a la salida del Sevilla Atlético que propició el gol de Nino.

Foto: Pepe Olivares

Las cosas pintaban bien pero la repentina lesión de Dorca lo cambió todo. José Ángel, central al uso, le tocó el ‘marrón’ de jugar de pivote defensivo en un partido de alta intensidad. Al rival le daba igual todo, quería la victoria y no le importaba arriesgar. Aparecieron dos veces las desconexiones defensivas del Elche y costaron dos goles. Las dos calcadas. Balón entre los centrales y gol. Ya en la segunda parte, los de Toril aclararon ideas y volvieron a salir con más 'punch'. Robaban rápido y salían al ataque pero el equipo se quedaba partido y ahí el rival podía hacer daño.

Foto: Pepe Olivares

Toril no lo veía claro. Hacía constantes aspavientos desde el banquillo, algo cómicamente inusual en él. Apareció el 'chico para todo, Álex Fernández, para poner paz con un gol antológico. Dignos de los mejores resúmenes. El público pitó al técnico cuando éste decidió cambiarlo pero lo cierto es que el mediocentro estaba fundido. Armando y José Ángel, centrales, eran los pivotes. Temblaba el estadio. Pero la realidad fue otra. A falta de experiencia tiraron de orgullo y no se complicaron.

Marcó Borja Valle. La pelota entró llorando aunque estuviera casi sin nadie delante. La tensión era máxima. Y cuando todo parecía que iba a acabar en un final feliz otra desconexión defensiva disparó las pulsaciones. Balón entre los centrales (otra vez) y 3-2 con más de 5 minutos por delante. Se tiró de piernas para poder parar a los incansables chicos del filial. La victoria sabe a gloria. Toril y el Elche respiran más tranquilos porque el descenso se aleja a seis puntos. Tendrán que seguir atentos, ya que un paso en falso y otra vez a empezar. La semana que viene volverá el dilema del año: ¿Se podrán conseguir al fin dos victorias consecutivas? 

Foto: Pepe Olivares

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