el sur del sur / OPINIÓN

El establishment, en juego

Ha sido una semana contra el status quo. César Sánchez y Mónica Oltra así lo ha reivindicado con su encuentro, y así lo expresan los cientos de militantes que respaldan las plataformas de la candidatura de Pedro Sánchez

2/04/2017 - 

Ha sido una semana contra el status quo. César Sánchez y Mónica Oltra así lo han reivindicado con su encuentro, y así lo expresan los cientos de militantes que respaldan las plataformas de la candidatura de Pedro Sánchez: a todos no les gusta lo que ven y quieren participar o diseñar el cambio.

Lo ha dicho el propio presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez. "Si me dejan participar, a lo mejor me sumo al Fondo de Cooperación Municipal". Todos quieren su minuto de gloria. Mónica Oltra también vino a buscarlo a Alicante a sabiendas que las últimas iniciativas del PSPV habían encallado, más por soberbia que por razón, ante el cantonal Gobierno provincial del PP. Oltra también habló de un decreto, el de política social, pero insistió mucho en consensuarlo y en que las diputaciones se sientan cómodas, algo que Ximo Puig no ha logrado acordar con su vecino de abajo, el de Alicante. 

Pero en el Palau de la Generalitat también están molestos con la doble cara de César Sánchez: en privado se muestra dialogante y colaborador con la Generalitat, cuando comparece públicamente, lamentan que lo haga con el cartel del PP detrás. El día de Mónica Oltra, está claro que escondió el rótulo y trató a la vicepresidenta como si de una primera ministra se tratara, y a los diputados de Compromís, como verdaderos diplomáticos. Hasta el PP más beligerante, apodado por un colega como los hombres de la guerra del PP, aplaudió las buenas formas de doña Mónica. Ver para creer.

Los otros que rabian de ira son las bases del PSOE alienadas con Pedro Sánchez. Sólo hay que ver las fotos que ha publicado Alicante Plaza: más viejos que jóvenes con el puño en alto en contra del establishment. Y cómo dijo el otro día Casimiro García-Abadillo, estar contra el establishment vende. Y esa es la gran opción que tiene Pedro Sánchez: canalizar todo el voto del militante hastiado de los apaños socialistas, las maniobras orquestales de Rubalcaba situando a Patxi López como gregario; los coqueteos con el Ibex 35 y los abrazos del oso con Mariano Rajoy. Lo curioso del acto sanchista celebrado en Alicante es que apenas había cargos públicos. Es como si el PSOE, mejor dicho, el PSPV no gobernara todavía.

Y que al frente de la manifestación hay de todo, pero sobre todo, hay mucho pajinismo y alartismo. Es muy curioso lo de Alejandro Soler, hombre que lo fue todo en el PSPV, alcalde de la tercera ciudad de la Comunitat, vestido de Armani, siempre que puede, pero desplazado de la primera línea de la política por una vil maniobra oportunista de los que hoy son sus compañeros de viaje y rematada por sus enemigos. Soler pudo ser hasta secretario general del PSPV si Leire Pajín lo hubiera querido en los tiempos del zapaterismo triunfante. Hoy, está en la otra parte de la trinchera reclamando una revolución en el PSOE podemita, contra su establishment,  el que él también sufrió para no poder ni ocupar a un modesto puesto de relleno en la lista socialista a las Cortes. Pero quizás lo de Soler sea una anécdota, como que en ese coro socialpodemita también esté Etelevina Andreu, la última candidata socialista de Alicante más votada, alumbrada por el propio Ángel Franco -es de justicia recordar que Soler perdió unas elecciones en 2011 casi con los mismos votos con los que ganó en 2007 y 12 escaños; el PSOE ahora gobierna Elche con ocho-. 

Lo más sorprendente del acto del viernes en Alicante, con Odón Elorza y Núria Parlón, es que muchos de los asistentes sean respetuosos iaioflautas -también había jóvenes, todo sea dicho- que claman por un PSOE rojo y radical, como les acusan que son, y que levanten el puño con la Internacional de fondo y no se escondan de ello. Como Pedro Sánchez, como Alejandro Soler, no tienen nada que perder. Y mucha ilusión contra el establishment, que es lo que está en juego.

Miren como está lo del establishment que hasta el que iba a ser el mirlo blanco de los empresarios, el baleario Adolfo Utor, salvador de Coepa, ungido por el Palau y patrocinado por el grupo Editorial Prensa Ibérica, no le ha hecho mucha gracia que su competidor, Transmediterránea, se instale en el puerto de Gandia y ponga en marcha la línea entre la ciudad ducal e Ibiza. ¿Una puñalada trapera del lermismo? se habrá preguntado. Al día siguiente, Utor ya estaba en el despacho del alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, con la lista de los agravios de su puerto para que el Govern del Botànic se ponga al día en inversiones y necesidades. El establishment, como ven, es efímero y está permanentemente en juego. Como te despistes, te la hacen. Que le pregunten a Alejandro Soler que le acusaron de violencia de género y salió desplumado, pero por los suyos. 

Suerte a todos.

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