vals para hormigas / OPINIÓN

La joroba del PSOE

12/09/2018 - 

Puede que cuando se publique esta columna, la ministra Carmen Montón ya haya enfilado el camino de vuelta a casa, con la melena rapada a lo garçon, tan desnuda y lacerada como la nueva censura lo permita y con un representante del área de universidades del Ministerio de Educación gritándole entre el gentío “¡vergüenza, vergüenza!”. O puede que no, porque con el juego de tronos de la política nacional nunca se sabe. Este nuevo caso de currículo hipervitaminado con un máster académico de cartón pluma comienza a parecer ese examen de instituto en el que hasta los repetidores sacan un sobresaliente. El director debería empezar a buscar quién robó las respuestas. La sucesión de casos similares en el ámbito de la alta política no solo deja en evidencia el sistema público universitario, sino que también saca a relucir las peores miserias del Plan Bolonia, que quería convertirse en una cinta de montaje de estudiantes con aplicación inmediata al mercado laboral y ha acabado transformado en un vertedero de favores que solo pagan quienes carecen de medios económicos.

El caso de la ministra valenciana, sin embargo, tiene una vertiente interesante, un giro de guion que lo aparta de los antecedentes de Cristina Cifuentes y Pablo Casado. Los videntes de la política sostienen que el PSOE va a probar con Montón la guillotina que tiene preparada para Casado. El argumento principal es que la ministra es un ratoncillo de campo, mientras que el líder nacional del PP es caza mayor, la pieza clave del contrincante. La primera parte contratante de la segunda parte, para entendernos. Sin duda, la caída del dirigente popular resulta mucho más jugosa para las huestes de Pedro Sánchez, si de lo que se trata es de debilitar al contrario. Pero, por otra parte, Carmen Montón, ya desde su puesto como consellera de Sanidad, pero mucho más desde el ministerio del ramo, se había convertido en un emblema de lo que puede hacer el PSOE cuando se pasa a la izquierda. Sanidad pública, universal y con el foco puesto en el usuario. Es decir, un gancho de alta fiabilidad para los votantes socialistas que no se sienten tan atraídos por el polo gravitacional del centro demoscópico. El movimiento de ajedrez con el que el replicante Roy Batty consigue atraer la atención de su creador en Blade Runner y montarse en su ascensor.

No parece tan fácil la decisión de Ferraz como vista desde la otra acera. Es indiscutible que la ministra debe abandonar el cargo por vitaminar su currículo con los documentos timbrados que le caían desde algún despacho de la Universidad Rey Juan Carlos, que no tardará en abrir una sucursal en New Jersey para impartir un máster en Gestión de Residuos. El ala Tony Soprano, se llamará. Pero, por otra parte, al partido socialista le costará encontrar reemplazo para la gestora valenciana, dado que todavía no se atreven a redactar un proyecto de izquierdas creíble que vaya más allá de sacar a Franco del Valle de los Caídos o de lucir con tronío unas gafas de sol en el interior del avión presidencial. En el PSOE, la ideología es como la joroba de Igor en El jovencito Frankenstein. A veces está a la derecha, a veces a la izquierda. Y si se les pregunta, contestan: ¿Joroba, qué joroba? Y así no hay manera de convencer a nadie.

@Faroimpostor

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