el paseo del chanco

Los otros escenarios del bombardeo del 25 de mayo de 1938

24/05/2018 - 

ALICANTE. Este viernes se cumplirán ochenta años del bombardeo del Mercado Central de Alicante, uno de los episodios más trágicos de la Guerra Civil Española. Tal y como publicamos en Alicante Vivo en 2016 el diario estadounidense The New York Times llevó a su portada del día 26 este bombardeo calificándolo como “el ataque en solitario más destructivo de la Guerra Civil Española”.

Pero no fue el Mercado Central –o mejor dicho, la plaza del Mercado– el único lugar donde cayeron las bombas. The New York Times da para el Mercado una cifra aproximada de 100 muertos citando fuentes oficiales. El resto, hasta las supuestas 250, se correspondería por tanto a fallecidos en otras partes de la ciudad. En los días posteriores algunos de los mil heridos morirían, por lo que la cifra de más de 300 víctimas mortales que se baraja a día de hoy no nos parece exagerada. Por suerte, nos han llegado relatos de personas que vivieron aquel bombardeo desde otros puntos de Alicante desafortunadamente situados en la trayectoria de los aviones italianos.

Según testimonios recogidos en el blog de Alicante Vivo, cerca del Mercado las bombas alcanzaron la conocida Tienda de la Uva, en la calle Vicente Inglada. Estas mataron a algunos de los clientes y dejando malheridos a los demás. Una de las clientas quedó ciega al caerle encima todas las botellas de vino.

Gracias a esos mismos testimonios sabemos que una parte de los proyectiles fueron a caer en los alrededores de la plaza de la Muntanyeta. En el número 9 de Pintor Agrasot la metralla alcanzó a Asunción Giner Llorca y a su sobrina María, naturales de El Campello. María fue rescatada por un viandante que la llevó a la Casa de Socorro; su tía Asunción, malherida, se refugió en la portería del edificio del que acababa de salir y falleció después, a causa de las heridas sufridas.

Cerca de allí, entre la actual calle San Francisco y la del Cid, se hallaba la redacción y talleres del diario vespertino El Luchador. Gracias al testimonio del entonces aprendiz Francisco Mira Blasco sabemos que las bombas alcanzaron el edificio, destrozando los talleres y acabando con los veinticinco años de historia del periódico; sin embargo, Álvaro Botella (propietario del periódico), el aprendiz y un cliente que entraba en esos momentos en la redacción lograron salir indemnes del bombardeo. Como decimos El Luchador dejó de editarse tras el bombardeo, reapareciendo brevemente a primeros de junio, momento de su cierre definitivo.

Gracias al informe realizado por el arquitecto Juan Vidal Ramos sabemos que dos bombas cayeron sobre el edificio de la Caja de Ahorros de la calle de San Fernando, actual sede universitaria, en cuya fachada son visibles aún los impactos de metralla. En el informe, conservado por mi abuelo, Vidal explica que los daños causados son severos y que el edificio está reventado por dentro. La onda expansiva rajó los tabiques, desencajó puertas y arrancó las rejas de las ventanas, dejando inutilizado todo el edificio. Una copia de este informe fue entregado por el que estas líneas escribe al Archivo Histórico de la CAM, donde hoy dormirá el sueño de los justos...

Repercusión internacional 

Como hemos visto al principio, la repercusión internacional fue inmediata. Una comisión internacional, tras visitar Alicante, certificó el 22 de agosto de 1938 que el bombardeo fue una acción premeditada contra la población civil. Un mes después, Franco negó la realización de ningún bombardeo sobre población alguna.

Gracias a la búsqueda realizada por Manuel José Aliaga sabemos cuál fue la versión manipulada que se dio de este bombardeo al público italiano. Según recoge La Stampa en su edición del 26 de mayo, las fortificaciones costeras de la ciudad habrían sido dañadas, una fábrica de armamento habría quedado totalmente destruida y dos cuarteles militares afectados. Una absoluta invención de principio a fin. Sobre las víctimas, únicamente afirma de pasada que los datos (200 muertos y 300 heridos) provienen de «fuentes rojas», y por tanto, huelga decir que no las considera fiables. 

No nos ha de extrañar esta infamia. En nuestra búsqueda por la prensa italiana sólo hemos encontrado mentiras al referirse a los bombardeos sobre la ciudad de Alicante. En todos los casos estudiados se habla de destrucción de fábricas de armamento, tanques y fortificaciones defensivas de la ciudad, afirmando que las víctimas son siempre militares.

La reacción de H.G. Wells

En una conferencia pronunciada en París el 4 de junio de 1938, el célebre escritor inglés H. G. Wells criticó duramente los bombardeos producidos por la aviación de Franco. Según transcribió la prensa francesa, Wells afirmó que Franco permitía a Italia y Alemania realizar bombardeos instructivos sobre las ciudades españolas masacrando a sus habitantes, declarando además que “la matanza de civiles realizadas por los innumerables bombardeos aéreos añaden un nuevo capítulo a la historia con unos horrores que la humanidad jamás había conocido”. 

No creemos andar equivocados si afirmamos que H.G. Wells se está refiriendo a los bombardeos italianos producidos unos días antes sobre Alicante (día 25) y Granollers (día 31) con más de 300 y de 200 víctimas civiles respectivamente, así como a los producidos por la aviación nazi en el interior de la provincia de Castellón entre el 21 y el 31 de mayo con cerca de 40 muertos.

Por declaraciones como estas, claramente posicionadas con el gobierno legítimo de la República, por su condena del asesinato de Federico García Lorca y especialmente por sus descalificaciones a Franco en diversas publicaciones, Wells vio prohibida o censurada buena parte de su obra de temática social y política durante la dictadura. Únicamente sus famosas novelas de ciencia ficción como La Guerra de los Mundos, El Hombre Invisible o La Máquina del Tiempo, entre otras, pudieron reeditarse libremente. A día de hoy muchas de sus obras no se han vuelto a reeditar en España desde 1939 o ni siquiera han sido traducidas al castellano.

Homenajes y memoria

En 1988, con motivo del 50 aniversario del Bombardeo del Mercado, el alcalde José Luis Lassaletta realizó el primer homenaje oficial depositando una corona de flores en la escalinata principal del Mercado Central. Tras un largo paréntesis fue la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica la que recogió el testigo organizando año tras año el homenaje. En los últimos años ha sido la concejalía de Memoria Histórica, hoy integrada en la de Cultura, la encargada de organizar los actos

En el espacio de memoria que constituye la plaza encontramos elementos conmemorativos como la placa cerámica colocada el 25 de mayo de 2006 con una escueta descripción de lo ocurrido y el monumento de la artista Elena Albajar inaugurado en 2011. Un año antes, a petición de la Asociación Cultural Alicante Vivo, la plaza que desde 1989 se llamaba del Mercado, pasó a llevar el nombre de 25 de Mayo. Al año siguiente fueron instaladas las placas explicativas de la plaza, tanto en castellano como en valenciano.

Por último destacar que en el interior del mercado se encuentra la urna en la que se conserva la sirena antiaérea y el reloj indicando la hora aproximada del bombardeo.

Estamos seguros de que, con el paso de los años, se irán incorporando más testimonios de supervivientes de otros puntos de la ciudad que fueron alcanzados esa mañana de mayo por las bombas, de otros rincones que fueron devastados por los aviones italianos, y surgirán nuevas voces para continuar recordando y reconstruyendo la historia de nuestra ciudad; una historia que se detiene, por un instante, cada 25 de mayo.

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