"los modelos de riesgo tienen que evolucionar"

Los emprendedores se pasan al 'venture debt'

2/10/2023 - 

VALÈNCIA. Si se analiza la cantidad de financiación que los emprendedores españoles han levantado durante estos años procedente del sector bancario, se llega a la conclusión de que apenas representa un 6% del dinero conseguido frente a otros canales como los business angels o los fondos de capital riesgo. Es decir, a estos últimos les ha venido bien el tradicional desencuentro entre los emprendedores y la banca, pero también es muy de agradecer la contribución que han hecho en el desarrollo y la madurez del ecosistema emprendedor nacional.

Pero ahora, con el encarecimiento del dinero, parece que las tornas están cambiando. Mientras que los inversores tiran de lupa y tienden a bajar la valoración de las compañías con rondas más pequeñas, la banca empieza a entender la dinámica de las startups como empresas diferentes a las tradicionales, además de ser conscientes de la tajada de mercado que se han perdido estos años con empresas que, en muy poco tiempo, acumulan cifras más que interesantes.

Verdad que, para la banca, las startups se enmarcaban dentro del área de alto riesgo debido a su elevado nivel de mortandad y su tendencia a priorizar el crecimiento por encima de la rentabilidad alejándose así de cumplir con los cánones tradicionales que tienen los bancos. Pero, como recordaba recientemente en un encuentro emprendedor Fernando de Arteaga, máximo representante del Banco de España en Andalucía, en la parte occidental, “no se puede hablar de financiación bancaria sin poner sobre la mesa el riesgo de crédito”, esto es, “la probabilidad de que, llegado el vencimiento de la operación, la contrapartida no cumpla. Así de sencillo y así de complejo”.

Tampoco debemos olvidar que las entidades financieras están obligados por ley y por marcos reguladores de alcance global, como el de Basilea III, a hacer una buena gestión del riesgo. ¿Significa ello que la banca no puede cambiar? “Soy de la opinión de que los bancos necesitamos evolucionar”, declara Javier Serrano, director de Desarrollo de Negocio de Startups de Santander en España.

Un poco más allá va María Agustina Ramírez, responsable a escala internacional de estrategia, desarrollo de producto y marketing de BBVA Spark, la unidad creada hace un año por BBVA para atender al ecosistema de emprendedores. “No solo las entidades, también los modelos de riesgo tienen que evolucionar para adaptarse a la realidad de las nuevas empresas”, sostiene. 

En esa línea, tanto el Santander como el BBVA están haciendo un esfuerzo notable por entenderse con el mundo emprendedor. Así, mientras que el primero acaba de anunciar el lanzamiento de un fondo de venture debt por valor de 100 millones de euros para startups, en BBVA Spark afirman haber originado ya más de 200 millones de euros en financiación entre los 800 clientes que tienen repartidos entre España, México, Colombia y Argentina.

Quiénes se benefician

El venture debt es un instrumento relativamente nuevo en España con el que los bancos abren el grifo a la financiación bancaria a corto/medio plazo de los emprendedores. En principio, debería beneficiar a todos, pero la realidad es que el venture debt pone el foco en startups con gran proyección, con métricas más que apetecibles y rondas de inversión ya levantadas a su espalda. Valgan para ilustrarlo ejemplos como los 15 millones de deuda recién recibidos en Paack, los 20 millones de PayFlow o los 25 millones de Wallbox concedidos por BBVA Spark.

Equipo de Paack

Lo habitual es que estas startups complemente el venture debt con el venture capital, aún sabiendo que el primero resulta más caro. “Lo de más caro es relativo. Yo siempre digo que depende de la confianza que tenga el emprendedor en su modelo de negocio- matiza María Agustina Ramírez- Recordemos que, a priori, el objetivo del emprendedor es acabar vendiendo la empresa y que, cada vez que un fundador levanta dinero a través de un fondo de capital riesgo, ya va perdiendo parte de esa propiedad, algo que no sucede con la financiación tradicional”.

La combinación 

Alejandro Murillo es el CEO de Imotion Analytics, startup que se dedica a la visión artificial trasladada a múltiples sectores. Este emprendedor reconoce haber ido muchas veces al banco. Cuenta que habrán pedido históricamente a BBVA unos 250.000 euros y a Sabadell otros 100.000. La principal diferencia que observa entre el ventura capital y la deuda es que, en el primer caso, lo que de verdad avala es el proyecto, mientras que, en el segundo, es el emprendedor con su propio patrimonio. Conforme a esto, Murillo se refiere como a uno de los grandes hitos de la compañía, “cuando en 2021 fui al banco y, por primera vez, nos dieron dos pólizas de crédito y no avalamos personalmente ninguna de ellas, avaló la empresa. Para nosotros eso fue un punto de inflexión porque era una prueba de que los números iban bien”.

Aparte de la financiación no dilutiva, Imotion Analytics ha recibido dinero de otras entidades, entre ellas Renfe, que adquirió el 10% de la compañía a comienzos de este año.

Los riesgos

Comportamientos como el de Imotion Analytics empiezan a ser comunes en el ecosistema de aquí la advertencia de Ernest Sánchez, Managing Partner de Nuclio: “Muchas compañías están creciendo con deuda, la cual se está poniendo más de moda que el equity. Aquí, aunque sea una propuesta no dilutiva muy interesante para las startups, hay que ser prudente. Si al final te metes en adquisiciones de deudas tremendas y dentro de un año te vence el periodo de carencia y tienes que empezar a devolverla, tienes que tener clarísimo que el modelo de negocio lo resiste. Cuidado con esto”.

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