del derecho y del revés / OPINIÓN

Lucha contra la violencia de género

29/11/2019 - 

El pasado lunes 25 se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y en nuestro país se sucedieron las concentraciones y manifestaciones de repulsa contra esta lacra. Ignoro el motivo, pero al parecer algunos hombres se han quedado atados a atavismos prehistóricos, y solo saben relacionarse con sus parejas, o bien con las mujeres en general, desde la superioridad, la dominación y el abuso, cuando no los malos tratos.  El problema es sin duda grave y preocupante, porque las mujeres seguimos a estas alturas sin poder caminar tranquilas por la calle a determinadas horas o en ciertos barrios, seguimos teniendo que vigilar con qué compañías nos juntamos o qué ropa nos ponemos, no sea que se despierte la bestia que, al parecer, encierran algunos varones dentro de sí y nos haga daño. La mayoría de los hombres son buenos, cariñosos, aman a sus mujeres y las respetan, pero nosotras seguimos sintiendo que no nos podemos fiar de todos los varones.

La violencia contra la mujer no es una cosa de España, pero esto no es consuelo ni por ello resulta menos doloroso lo que ocurre en nuestro país. Las cifras arrojan un feminicidio íntimo por semana. Cincuenta y dos víctimas mortales en lo que va de año, por lo que visto así faltaría por añadir cuatro o cinco mujeres más a esta tenebrosa lista de aquí al 31 de diciembre. Qué expresivo, que ni el corrector de Word reconozca la palabra feminicidio. La agrego y evito que el subrayado en rojo me chirríe.

El lunes pasado fui con el director de este medio, Miquel González, a la concentración de la Plaza de la Montañeta. Quedé impresionada. Una cosa son los números fríos y otra diferente escuchar cada uno de los nombres  de las fallecidas, con el dato de su edad, y ver a una persona portando una pancarta morada con una silueta recortada, simbolizando a cada mujer asesinada. Eran mujeres de todas las edades, entre los tiernos 14 de las más jóvenes a los avanzados 92 de una pobre abuela asesinada en la residencia por su marido. De las 52 fallecidas, sólo 11 habían denunciado previamente a sus parejas y 34 convivían con su agresor. Por otra parte, han quedado como consecuencia de estas muertes 43 menores huérfanos y además 2 niños han sido asesinados a manos de sus padres. Me impactan todos los casos, pero me quedo pensando en el de la mujer al que el marido grabó muriendo de una hipoglucemia sin socorrerla, en el de la doctora asesinada brutalmente por su pareja, o en las muchas mujeres mortalmente heridas con arma blanca. Son todos terribles, escalofriantes e injustificados.

Desconozco los motivos de tanta rabia, ira y brutalidad. Lo peor es que ésta es sólo la punta del iceberg. Por debajo existen varios cientos de miles de denuncias al año, lo que, teniendo en cuenta que no se denuncia en todos los casos, da una idea de la gravedad del problema. Necesitamos darle visibilidad a todo ello. En este sentido, la red de centros mujer de la Generalitat Valenciana ofrece medidas interesantes de apoyo a las víctimas y a sus hijos, si bien es imprescindible que se creen nuevos protocolos y que se disponga de más medios para tratar de atajar y prevenir, en la medida de lo posible, las situaciones de violencia de género.

El Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valenciana ha tenido la iniciativa de organizar estos días unas jornadas sobre violencia de género. En dichas jornadas el psicólogo Carmelo Hernández reclamó la necesidad de disponer de la una Ley de violencia de género realmente integral, alertó del repunte brutal de casos de violencia en menores entre 18 y 25 años y puso de manifiesto cómo los comportamientos más machistas están teniendo lugar entre los jóvenes, lo que deja patente la necesidad de trabajar para neutralizar este tipo de conductas, por medio de la educación, especialmente la sexual, que ofrezca una visión realmente igualitaria entre los sexos alejada de los estereotipos; así como a través de la detección precoz de las situaciones de riesgo y la visibilización social del problema que cree una conciencia social colectiva. También es imprescindible contar con la información suficiente acerca del abuso de las drogas y el alcohol y sus consecuencias, que están en muchos casos en la raíz de este problema, entre otras pautas positivas.

Mónica Nombela

@monicanom

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