vals para hormigas / OPINIÓN

No os atreváis

13/12/2017 - 

No os atreváis a decir que la Ciudad de la Luz está a salvo. Nadie. Los mercaderes que planeáis trocearla en el mercadillo de los saldos. Los que la fundisteis a negro en la morgue de la codicia. Los que no supisteis. Los que no querréis. Los que ponéis la excusa de À Punt. Los del monopoly de hoteles. Los que confundieron el stop con el ceda el paso. Los que os hicisteis rulos de farlopa con los contratos que nadie firmaba. Los de las limusinas, los de los cuartos oscuros, los de los secretos judiciales, los de las cuentas pendientes, los de las excursiones a Bruselas, los de los burofaxes. Los que confundíais las claquetas con transfusiones de sangre. Los periodistas que denunciamos y los que tan solo vimos la oportunidad de oler el pelo de Amaia Salamanca. O de Viggo Mortensen. Los que llorasteis. Los de los líos de alcoba. Los que mirabais por encima del hombro. Los que no llegáis a la suela de ningún zapato.

Los que os acordabais del complejo cada vez que os llegaba la nómina al otro trabajo. Los ilusos que creísteis que escuchar a Coppola salía de balde. Los que citaban su nombre en vano. Los que buscáis en Finlandia una pomada para el estrés. Los que decidieron la cristalera verde, los que escondían las licencias y los que sabíais en qué cajón estaban guardadas. Los listos y los tontos. Los que la pisaron y los que no. Los que nos hacían esperar y los que nunca nos llamaron. Los del plató acuático, los del primer plató acuático, los de las expropiaciones, los abogados y los carpinteros. Los que gastaron en una foto con Bruce Willis el presupuesto de medio año de educación. Astérix, Obélix, los del desvío de fondos, los iluminados sin foco, los que vieron a Tarantino y los que soñaron con Polanski.

Ninguno de vosotros. No os atreváis. Los que escucharon a Berlanga, los que no le hicieron ni caso, los americanos, los verdugos, los plácidos, los alcaldes con explicaciones pendientes, los que ahora citáis sus películas para pedir que vayan todos a la cárcel. Profesores, estudiantes, aprendices y los que saben latín. Los que respiran cine y los que prueban las palomitas, los productores con llave en mano, los que confundían los rodajes con subastas al mejor postor. Los postores. Los del fraude. Los del robo. Los que conocen esta ciudad y se olían que aquello era imposible. Los que aún le tienen fe. Los de la recalificación en el horizonte de Terra Mítica. Los de Europa, los de Valencia, los de Madrid, los de Londres, los que conocen la mejor manera de viajar a Suiza y las Islas Caimán. Los que no han viajado nunca y lo guardan en casa. Los de Benidorm. Sobre todo, los de Benidorm.

Los que le buscáis nuevos objetivos, los que jamás supisteis dónde quedaba Aguamarga. Los del acceso restringido, los que salisteis a conquistar California y volvisteis con flechas en los bolsillos. Los profesionales que la oyeron caer, los que vinieron a rescatarla y le sacaron hasta el aire, los que no se dieron por enterados. Los enterados de siempre. Los que le disteis salida, los que frenasteis su avance, los que le habéis mostrado la bandera de cuadros. Los del principio y los del final. Los del expolio y los del desguace.

No os atreváis a decir que el cadáver está a salvo.

@Faroimpostor

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