el sur del sur / OPINIÓN

Ortiz no quería el Intercity, quería su plaza

7/04/2024 - 

Quizás el resultado final no haya sorprendido a los profesionales de la información deportiva que siguen el día a día de los equipos profesionales de fútbol de la ciudad de Alicante. Supongo que los Óscar Manteca, Pablo Verdú, David Esteve, Lucas V. Belmar, Juan Francisco Millán, Carlos Cuenca, etc -los cito por su generosidad y paciencia en este asunto- no les extrañará la fallida fusión entre el Hércules y el Intercity por el que el primero absorbía al segundo y a cambio el primero, en caso de completar el proceso administrativo, pues jugaría la próxima temporada en Primera Federación, en lugar de Segunda, donde lo hace ahora. 

Este nuevo intento -esos profesionales a los que he citado saben de verdad los bulos que ha habido antes, y quién los ha patrocinado- tenía un fundamento, aunque el origen fuera el mismo. Había intención, esta vez venía bien a los dos partes, pero solo era una operación buena si era, como siempre, una ganga. Una buena operación de mercado. 

El origen, está claro: el Hércules pierde varios partidos de manera consecutiva; empata en el campo de La Nucía, colista ya descendido, se aleja del primer puesto de la clasificación y las alarmas se encienden en el starsystem de la propiedad herculana, que augura otra temporada en el infierno -y ya van unas cuantas-, pese a que este año el equipo ha estado líder en varias fases del campeonato y ha tenido -y tiene opciones- para ascender, incluso, de forma directa

En el Intercity la sitación deportiva es mejor -el equipo está prácticamente salvado-, pero la económica aprieta, de vez en cuando. La entidad de Salvador Martín tiene un acuerdo de financiación con Alpha Blue Ocean (ABO) y además, cotiza en el BME Growth, con la transparencia y los cumplimientos que ello conlleva. Todos los detalles ya los contó en su día Oscar Manteca en esta pieza informativa.

Las cartas estaban boca abajo. Pero como todo, tenían condicionantes, más allá de las dependencia financiera con el fondo ABO y las reglas del BME. ¿Qué pasaba con el fútbol femenino del Intercity? ¿Y con el fútbol base? ¿O el Lucentum de Baloncesto?

Pero más allá de la plaza federativa, también está el uso de las instalaciones deportivas del Antonio Solana, otro objeto de deseo de Enrique Ortiz. En eso hay que reconocer que el Intercity iba por delante: se adelantó en el acuerdo de uso de las instalaciones y además manejaba mejor el marketing de sus unidades deportivas. 

Y pese a ello, también la urgencia del Intercity era evidente: cualquier oferta que suponga liberar deuda es buena. Y si además viene de Alicante e incluye todo el parquete, pues mejor, de ahí la buena predisposición y el interés de Martí. Y al final, la mediación de Perfecto Palacio, accionista de la entidad intercista y ex dirigente del Hércules durante una etapa.

Entonces, ¿por qué ha fracasado todo? Pues muy fácil: Ortiz quería comprar una ganga, y no lo era. El Intercity tiene un valor, y unas hipotecas. Y aunque la operación de quedarse con la herencia de Alpha Blue Ocean (ABO) y las condiciones de BME, suponía no poner fondos, era más cara que recurrir a los fondos propios. Y la condición del Intercity era meridiana: la operación incluía todo el paquete, aunque a posteriori el Hércules podría haber desligado a las entidades asociadas.

Es decir, que otro intento más que salta por los aires, que ha sido utilizado por ambas partes para tapar sus necesidades, las deportivas de unos y las económicas de otros. Solo con ver dónde se han producido las filtraciones ya evidencia las urgencias y el contexto de cada cual. De ello podemos concluir que ambas partes han querido quedar con la conciencia tranquila, y sin llevarse ningún palo. Pero para los que siguen la actualidad futbolística de Alicante, nada nuevo bajo el sol. Enrique Ortiz quería lo de siempre: la plaza del Intercity, y no el Intercity; Salvador Martí quería aprovechar la oportunidad de colocar su entidad a buen recaudo. Así que a esperar otra oportunidad. Esta vez, por mucho disimulo, las intenciones han quedado al descubierto: todos pretendían evitar futuros fracasos (que aún se pueden dar). La única evidencia es que esta vez las dos partes querían. ¿Lo volverán a intentar? Enrique Ortiz, seguro, si ve que le aporta beneficios deportivos y no le cuesta ni un euro. Salvador Martí lo puede intentar con Ortiz, o con otro que quiera un equipo en Primera Federación.

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