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PSPV: ¿Una batalla entre militancia y aparato?

6/02/2017 - 

VALENCIA. El acto celebrado por Pedro Sánchez en el espacio cultural La Bohemia de Castellón el pasado miércoles evidenció que el exdirigente madrileño todavía tiene un tirón considerable entre la militancia. Un recinto abarrotado recibió al que fuera secretario general del PSOE hasta el pasado 1 de octubre, fecha en la que dimitió tras un duro comité federal en el que perdió la votación acerca de la celebración de un congreso extraordinario.

Que varios autobuses de dentro y fuera de la Comunitat Valenciana acudieran a la capital de La Plana para el acto de Sánchez no resta mérito al hecho de que el exlíder sea capaz de generar movimiento e ilusión entre las bases. De hecho, tal y como informó Valencia Plaza, la principal conclusión del mitin es que Sánchez sigue manteniendo el pulso en la militancia aunque pierde músculo en el PSPV. Pocos fueron los referentes, altos cargos o 'pesos pesados' orgánicos que se dejaron ver en el acto más allá del secretario general de la provincia de Valencia, José Luis Ábalos, o el histórico exeurodiputado Andrés Perelló.

Así, la primera reflexión que podría hacerse de la situación invita a situar el proceso en la Comunitat Valenciana como una batalla entre el aparato del PSPV y la militancia. Sí y no.

El grueso de la dirección de los socialistas valencianos es próxima -como suele resultar lógico- al secretario general del PSPV, Ximo Puig. Resulta evidente, y así se ha informado en reiteradas ocasiones, de la preferencia que tiene el también presidente de la Generalitat y su entorno por su homóloga andaluza, Susana Díaz. En esta línea, también son conocidos los encontronazos que Puig tuvo con Pedro Sánchez, que concluyeron con un choque final cuando el entonces líder del PSOE no permitió al dirigente valenciano afrontar una Entesa al Senado aliándose con Compromís y Podemos. Una prohibición realizada desde Ferraz porque no cuadraba con la estrategia mantenida en ese momento desde la dirección federal.

Al margen de esta confrontación concreta, Puig y los suyos siempre mantuvieron una preferencia por Susana Díaz, si bien respaldaron a Sánchez en las primarias contra Eduardo Madina porque se acordó en aquel momento desde varias federaciones -a instancias de Andalucía- que el primero de los candidatos podría aportar más tirón entre el electorado y, también importante, sería más fácilmente manejable. 

El plan no funcionó. Sánchez fracasó, pese a los virajes y contorsionismos aplicados por él mismo para salvar sus opciones, pero no ha arrojado la toalla y ahora quiere volver a rodar la película de la que ya fue protagonista. Para ello se sirve de un discurso de agitación dirigido a las bases del partido que, apasionadamente, sirven al objetivo del madrileño de auparse de nuevo a la planta noble de Ferraz.

Desde esa perspectiva, sí. La batalla del PSOE en la Comunitat Valenciana podría considerarse una pugna entre la militancia y el aparato. Parte de la militancia está con Sánchez y el grueso de la dirección del PSPV que está con Puig, su núcleo duro, el aparato, prefiere a Susana Díaz u otra opción.

No obstante, tampoco conviene olvidar que Sánchez se rodea en tierras valencianas de responsables políticos que tienen una historia detrás que tampoco es ajena al aparato del PSPV. Ábalos, ha ido encadenando puestos vinculados a la administración desde 1983 -jefe de Gabinete, asesor del Ayuntamiento, concejal, diputado provincial- y es parlamentario nacional desde 2009. Además, ha combinado esto con puestos orgánicos como, entre otros, la secretaría general del PSPV en Valencia ciudad y, ahora, la provincial. En el año 2000, estuvo a punto de lograr liderar el PSPV pero perdió por diez votos frente a Ignasi Pla pese a disponer del apoyo de Ferraz con José Blanco a la cabeza y en 2008 volvió a intentarlo para pactar finalmente con Jorge Alarte, que se alzó con el triunfo.

Por otro lado, aunque en la mayoría de ocasiones a la contra del aparato dentro de la corriente Izquierda Socialista, Perelló también ha formado parte en diferentes etapas de la dirección nacional y federal del partido, además de ostentar acta de diputado desde 1983 hasta 2007 excepto en una legislatura, para posteriormente ser senador durante dos años y, después, eurodiputado, puesto en el que no repitió tras las elecciones de 2014. En cuanto a procesos orgánicos, curiosamente Perelló también optó a liderar el PSPV en el año 2000, cuando también aspiraba Ábalos, pero quedó muy alejado del triunfo final. 

Dos ejemplos de trayectoria de caras visibles que respaldan a Sánchez. Ambas se parecen a la del propio presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, quien inició su carrera política ininterrumpida en 1983 siendo diputado por Castellón. De la misma manera, otros dirigentes próximos al jefe del Consell han compartido un camino próximo tanto en el ámbito institucional como orgánico, por lo que, desde esta perspectiva, situar el proceso de las primarias del PSOE en la federación valenciana en una dicotomía en una batalla entre aparato y militancia se antoja reduccionista: bien es cierto que el sector de Puig tiene un mayor peso y control del aparato en esta cita, lo cual no quiere decir que no haya militancia detrás; de la misma manera que Sánchez y los que le acompañan en la Comunitat Valenciana están apoyados por un número importante de militantes, pero eso no significa que desconozcan cándidamente el funcionamiento del aparato ni que no hayan participado o formado parte de sus entrañas.

Pedro Sánchez en el mitin junto a José Luis Ábalos (1d), Andrés Perelló y otros


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