POR AMOR AL ARTE / OPINIÓN

Robert Redford

12/08/2018 - 

Ha sido venir Pablo Casado a visitar a sus suegros y, de paso, resucitar el fantasma de ETA, y todo es todo finezza. Al ataque, sin compasión. Fue salir Begoña Gómez con Letizia Ortiz en la foto de Marivent y empezar a arrearles a las dos. La juez elevó al Supremo la burbuja académica, lo del famoso máster meteórico para recordarnos que no acabamos de salir de la Era Rajoy y todavía estamos en la tercera vuelta de las primarias populares. La verdad es que los nuevos son peores que los viejos. “La ética es la ley”. Bajo mínimos ¡qué nivel Maribel! Casado y Albert Ribera compiten en extremar sus posiciones. Arrastrando a los suyos. Aunque lo más empalmante ha sido el bautizo con horchata de la niña -candidata con fecha de caducidad- Isabel Bonig. Un brindis por la derrota en diferido. Que diría Dolores de Cospedal. Javier Arenas, el Santo Grial, ya lo dijo en el AVE: “éste va a durar menos que Hernández Mancha”. Casado no encuentra el disco duro. El ordenador a martillazos. El mismo salmorejo recalentado.

Alejandro Morant intencionadamente ha incendiado el PP. Marilyn Monroe contaba que en las fiestas hollywoodienses Errol Flynn tocaba el piano con su miembro. Robín de los Bosques se ha aislado -con Fernando Sepulcre-  en una sobreactuación muy meditada en su bosque de Sherwood. Encumbrando a César Sánchez como un Ricardo Corazón de León indulgente. Como el dueño absoluto del centro de los nuevos caballeros de la mesa redonda. Es una alegría que Eva Ortiz -qué misterio su criterio- haya reaparecido paseando bajo las estrellas del Castell de l’Olla. Es una pena que Mari Carmen De España se empeñe en ser Sonia Castedo con su caballo blanco Terry en el Postiguet. Beyoncé Knowles se reinventa en la portada de septiembre de Vogue. Las dos derechas azuzan los bajos instintos contra manteros, migrantes y el rojerío follatriz en general. Soraya Sáez de Santamaría guarda silencio. Ciudadanos ya sólo tiene la inteligencia decadente, un poco ausente y lánguida de Inés Arrimadas. Crece el agujero de los Cotino en Hungría. Ulibarri y Ortiz. Amigos para siempre.

Mónica Oltra dice que no quiere adelantar las elecciones, pero prepara a Compromís para la batalla electoral. Vicent Marzà, fenotipo y mito -si borramos a la bestia sexual de Gerad Fullana- totémico del que som, el més templat de la nostra terra, lanza a la tropa -especialmente al espíritu santo del Bloc- a la batalla final. Así, a puro huevo, sin Podemos. Mientras el socialista Miquel Soler le saca a Marzà literalmente las castañas -sí, cariño, también esas, aunque sean interinas- del fuego.

Soparet d’estiu. Los socialistas no se quedan atrás. Ximo Puig es Ximo Puig.  Y ahora mismo está con el Sexenni y la Mare de Déu de Vallivana allá en tierra santa: Morella. Obró el milagro de la multiplicación del agua con 800.00 euros y se produjo la aparición de un nuevo trasvase. Después, descansó. La extrema derecha empapela Blanqueries. José Luis Ábalos nos comunica -sin financiación no hay solución- que estará siempre siempre siempre disponible.

 Los socios y amantes, incluso también los del Botànic, saben que deben reñir un poco -te quiero a morir- para encontrar, renovar con más brío -un champ de blé- el amor postelectoral. No, mi vida, no rompas la vajilla. El 20 de septiembre será el Día de la Paella. Argentina no sale del decadente siglo diecinueve. De la cultura de la muerte, un lejano paisaje nocturno de El Bosco. 

Todos los profetas vaticinan un otoño muy turbulento. Más que cualquier página de Salvaje Oeste de Juan Tallón. Cae ceniza sobre el alma de los valencianos. El mar está a treinta grados. Robert Redford se retira como actor. Amanece en Doñana. 

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