socialmente inquieto  / OPINIÓN

¿Se acuerdan de la mili?

8/04/2024 - 

Una vez más está encima de la mesa la controversia del regreso de la mili en España. Y el motivo de este debate no es baladí, no tiene que ver con la ideología, ni es una necesidad imperiosa porque no hay candidatos a filas, porque si los hay. Este asunto se suscita ahora a consecuencia de la guerra de Ucrania y de las ambiciones de Putin. Recuperarla es para tener enseñada a la población juvenil a saber coger un fusil, vaya desafío, saber disparar y defender a su patria en caso de necesidad. Los países del norte de Europa parece que se dirigen en esta dirección. También Alemania lo está pensando. Incluso Macron en Francia lo incluyó en su programa electoral de 2018 con la idea de establecer un servicio militar obligatorio para hombres y mujeres de 16 a 21 años. Ahí queda eso.

Pero antes de ahondar en este asunto, permita que tire de hemeroteca y eche la vista atrás y vea cómo era la mili en Alicante en los años ochenta que es cuando yo la hice. Y para hacerlo, y por no compartir sólo mis propios recuerdos, busco en el blog del excelente fotógrafo Perfecto Arjones, también llamado el Cholas, fotos de aquella mili. Y encuentro unas de una fecha muy cercana a mi ingreso, por lo que el recuerdo de ella tiene que ver con estas.

El inicio de la mili era el campo de instrucción de Rabassa, después del sorteo, salvo los voluntarios, reconocimiento médico y designación de campamento. Para muchos la mili permitía conocer gente nueva y salir del pueblo por primera vez. Para otros, interrumpía sus planes estudiantiles o laborales.

Sin embargo, no era tan malo como cuentan las películas. Ni tan exagerado como dicen algunos con una copa de más cuando manifiestan sus batallitas de aquel servicio militar. Mi experiencia en la mili no fue mala, se lo digo en confianza. Es verdad que compartirlo con mis estudios universitarios no fue tarea fácil. Hice la mili voluntario en Alicante durante casi dos años. Como mis hermanos, ellos en la Cruz Roja, yo en Infantería del ejército de tierra.

Ya sabe que la mili la cuestionaron todos los partidos del parlamento de la actual democracia española, pero ninguno se atrevía a reformarla. Durante los gobiernos del PSOE de Felipe González el rechazo a la mili fue aumentando. Se encontró que en 1994 los objetores de conciencia fueron tantos que llegaron a ser el 37 % del contingente militar, nada menos. Había que hacer algo y lo hizo quien menos se esperaba que lo hiciera. Fue la derecha la que tomó la decisión por medio de un Real Decreto el 9 de marzo de 2001, quizá para ganarse voto juvenil más que porque la consideraba injusta, y seguramente consiguió lo que se propuso. El gobierno de José María Aznar puso fin a casi dos siglos de reclutamiento militar obligatorio en España. Sustituyeron la mili por un ejército profesional, que tampoco era mala cosa. Y ahí están ahora las convocatorias para los tres ejércitos, anhelado el ingreso por muchos de los cuales sólo pueden acceder unos pocos.

Hoy recuperar la mili no parece un disparate. Sería incluso beneficiosa para los nini, ni estudian ni trabajan. Y para todos los jóvenes.  Para educarles en valores, en el respeto a la bandera y al himno de España, en el trabajo en equipo, en el liderazgo en el grupo, …

La mili era un tema recurrente cuando nos juntábamos en pandilla, a disgusto de nuestras novias que debían de pensar “la mili otra vez, no”. Pero es que estaba inmersa en la sociedad. Así se manifestaba en la literatura, en el cine, en el teatro, … En fin, así era. Y quizá ahora vuelva porque las circunstancias son otras. Seguramente de otra manera, pero todo apunta a que regresa. Ya veremos, el tiempo lo dirá, pero si lo hace que no sea previendo una guerra multinacional cercana, sino por una educación en valores complementaria de la que reciben en la escuela y en casa. Que así sea.

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