'test drive'

Skoda Karoq 1.0 TSI Ambition DSG 4X2: La magia del downsizing

13/10/2018 - 

MADRID. El liderazgo de los SUV en el mercado español del automóvil ha llevado a las marcas en general a no descuidar ningún segmento y a explorar cualquier combinación que sea factible para dar respuesta a lo que les pidan los usuarios.

La firma checa Skoda es un buen ejemplo. Se ha dotado de una gama de todocaminos que empieza con el Kodiaq -que puede equipar hasta siete plazas- y que, por el momento, finaliza con el Karoq, a la espera de que pueda llegar otro modelo por debajo de éste último, como está sucediendo en sus “hermanas” de Grupo: Volkswagen y Seat.

Aunque dos vehículos puedan parecer poco, la diversidad de motores, acabados, tipos de tracción (4×2 o 4×4) y cajas de transmisión (manual de seis velocidades o automática DSG de siete) dan muchas opciones.

El modelo probado por Efe es el Karoq con el motor de gasolina menos potente (el tricilíndrico 1.0 de 115 CV), el acabado de acceso (Ambition), la tracción delantera y la transmisión automática DSG.

El giro de 180º que se está dando actualmente hacia las motorizaciones de gasolina en detrimento de las de diésel ha hecho al Grupo Volkswagen afinar en su estrategia.

Así ha desarrollado motores de gasolina de baja cilindrada y eficientes con prestaciones mayores y en algunos casos similares a las de sus hermanos mayores. A esta tecnología se le llama Downsizing.

Para algunos la respuesta que dan este tipo de motores a bajo régimen es similar a la de un diésel.

Es el caso, con algunas salvedades, del 1.0 gasolina del Karoq probado. Es un propulsor que, con la caja de transmisión de doble embrague, es muy confortable de conducir.

Evita que, en los cambios de relación, la aguja baje más allá de las 1.600 rpm en una conducción sosegada, con lo que el motor no parece perozoso ni falto de potencia.

Sin embargo, cuando se circula por vías con pendientes o carreteras de montaña sí que se puede notar algo de falta de pegada del turbo hasta que se llega al entorno de las 2.000 rpm.

Esto se puede paliar de dos maneras: pasando al modo secuencial y tomando el mando a través de las levas que hay en el volante, con lo que subimos y bajamos relaciones cuando queremos y no cuando lo decide la electrónica; o haciendo una conducción más anticipativa y dinámica en la que el motor trabaje más alto de vueltas, lo que penaliza el consumo.

Por lo demás, pocas pegas se le pueden poner a este eficiente motor al que Skoda le ha homologado un consumo mixto de gasolina de 5,2 l/100 km (que en la prueba se ha situado en las proximidades de los 7 l/100 km).

A ello contribuye el que la unidad probada tiene un peso de 1.361 kilogramos, en vez de la tonelada y media de algunos de los modelos de la competencia. No es desmesurado para un SUV, con lo que en los cambios de apoyo no descoloca la carrocería.

El 1.0 TSI no suena en demasía, como se puede esperar de un tricilíndrico, ni transmite vibraciones a los pedales o a la palanca de cambios, que tiene un funcionamiento de nota gracias al sistema de dos embragues que utiliza y que evita los resbalamientos en los saltos de marcha.

Por tanto, la combinación motor de gasolina con downsizing (cilindrada baja y turbo para conseguir una mayor potencia de la esperada), peso contenido y caja DSG es muy recomendable para conductores que no quieran o no necesiten ir rápido.

Para aquellos que busquen otras sensaciones al volante o que viajen habitualmente cargados, otra buena opción es dar el salto al hermano mayor en gasolina, el nuevo 1.5 TSI de 150 CV que sustituye al 1.4 de la misma potencia.

Éste propulsor más potente también se comercializa con tracción delantera -es la más demandada por la gran mayoría de los usuarios de un SUV- y se le puede montar (opcionalmente) la caja DSG.

Volviendo al 115 CV, destacar que el comportamiento en recta es muy bueno. Cuenta con una amortiguación que filtra a la perfección el terreno y que no es dura para los ocupantes, lo que le hace cómodo en carretera y buen compañero de viajes largos.

En curva, transmite estabilidad y seguridad por una altura correcta que no le confiere un centro de gravedad elevado que se haga notar en la trazada y por un chasis que, acompañado de diferentes asistentes de seguridad, hacen que el coche se mantenga siempre dentro de la carretera.

Como prueba un botón. Con el sistema de mantenimiento de carril activo se pueden retirar las manos del volante durante un máximo de 20 segundos y el coche se hará cargo de que el vehículo no se salga de la vía, independientemente de que se circule en recto o en curva.

Interior y exterior del Karoq

Los pasajeros no lo notaran puesto que gozan de un espacio interior amplio, como suele caracterizar a los Skoda, donde el túnel central resta espacio a la plaza trasera del medio.

En los asientos de los laterales, como es habitual, los adultos viajarán más cómodos. Disponen de suficiente hueco para las piernas y para la cabeza (a pesar de que la unidad probada monta el amplio techo de cristal que, además de panorámico, se puede abrir).

Más cómodos todavía van conductor y acompañante en un asiento tipo bacquet que lleva el karoq probado. Son de diseño deportivo y cuentan con unos realces que sujetan muy bien el cuerpo en curva.

Con esta banqueta y un puesto de conducción ergonómico con volante multifunción y amplia pantalla central cualquier tipo de trayecto es recomendable hacerlo.

Para el equipaje tampoco faltará hueco, ya que el maletero -puede llevar apertura eléctrica- dispone de 521 litros. Lo mismo sucede con lo que llevamos en los bolsillos, que se puede distribuir a la perfección en la guantera que hay situada al lado de la palanca de cambios.

Exteriormente, el Karoq se parece mucho a su hermano mayor Kodiaq.

Capó bajo, amplia parrilla y entradas de refrigeración a los lados de la matrícula dibujan la vista delantera, en la que los faros pueden equipar tecnología Led.

Más parecidos son en la vista lateral, donde una zona mayor después del pilar C les diferencia.

Con la zaga sucede lo mismo y también nos recuerda a la del Seat Ateca o el Volkswagen Tiguan. La matrícula está situada en el portón trasero y hay una protección de plástico de los bajos para dar al vehículo una imagen más de 4×4.

En conclusión, el Skoda Karoq es un buen producto que con el motor 1.0 de gasolina puede contentar a un gran número de conductores que busquen un primer vehículo o un segundo en una familia.

Sus contenidas medidas (4,38 metros de largo) le hacen muy adecuado para la ciudad y también para viajar, ya que el maletero es de los más capaces de su segmento.

Transmite aplomo y seguridad al circular y puede equipar tecnologías de seguridad propias del segmento de su hermano mayor.


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