COMETIDOS POR Xampatito Pato

'Só', el espectáculo clown creado a base de errores

25/08/2023 - 

VALÈNCIA. En la vida muchas veces lo que a primeras parece un fallo puede (y suele) convertirse en un acierto. En el refranero valenciano esto se traduce a que “tota pedra fa paret”, que sería la filosofía bajo la que trabaja Jesús Velasco, alias Xampatito Pato -aunque prefieren que le llamen Xampi- el creador de Só, un espectáculo que nació como un “show de gorrilla” dirigido a los niños y que ahora acumula más de cien funciones a sus espaldas y en las tarimas de los grandes teatros. El espectáculo Só cobra vida el próximo domingo 27 de agosto en la Plaça de Tarongers de Sagunt, dentro del programa de Sagunt a Escena, sirve como excusa para contar la vida de Xampatito, un personaje compulsivo y meticuloso que quiere que todo lo que le rodea en el escenario esté perfectamente ordenado. 

El espectáculo consiste en ordenar y dar forma a unas cien cajas de “puros” hechas de madera que se alinean perfectamente al son de Xampi. Su objetivo es modificar su orden para provocar las risas en los asistentes, generando un espectáculo de clown y de teatro de objetos en el que lidera el caos y la locura. Jesús, transformado en Xampi para esta entrevista, explica que la idea surge de la creación de estas cajas junto a su padre. Partiendo de una idea de escenografía en la que hay “cien cajas iguales” busca crear la manera de romper su sintonía, ya sea metiendo juegos de por medio o elementos como podría ser una pelota. Para él son cajas sorpresa con las que todo funciona: “Tenía una escenografía visualmente atractiva, algo que el público puede considerar objeto. Desde esto decido el camino de mi personaje, que quiere tenerlas siempre ordenadas pero nunca lo consigue”.

Foto: MOSTRA INTERNACIONAL DE TEATRO DE RIBADAVIA

La idea simple del espectáculo se transforma a través de los errores que le van surgiendo a lo largo de nuevas representaciones. Explica Xampi que conforme hacía más piruetas y metía más elementos más se equivocaba, añadiendo involuntariamente picos de humor al show y mejorando su personaje: “Jugamos con el fracaso, con que todo el rato sale mal, las torres se me caen y las piruetas no me salen. Muchas veces no estaba muy fino con los malabares y descubría puntos clave que me abrían nuevas puertas, jugando con eso y con la improvisación me abro la puerta a nuevas acciones que de primeras pueden parecer muy absurdas”. 

Dentro de este juego, y con el acercamiento tenía originalmente este espectáculo cuando lo presentó en la calle, invita también a que quienes le rodean alteren el orden de lo que sucede en escena, añadiendo más tensión al reto: “No es un espectáculo esencialmente abierto, pero siempre acabo metiendo adultos que juegan conmigo al Jenga y con eso se lo pasan muy bien, es como que entran en la obsesión del clown que ven tan meticuloso y ordenado… que en según qué momentos puede parecer hasta violento”. A lo largo de las más de cien representaciones que lleva Só el artista Xampi contempla que cada vez se dirige más para todos los públicos, otro error “involuntario” sobre el que ha ido creciendo actuación tras actuación.

 “Muchos padres venían a traer a sus hijos y acababan riéndose más ellos. El humor en este espectáculo es la única herramienta para tolerar la frustración de que las cosas no salgan bien, la gracia está en que el personaje se siente incómodo por esto pero sigue avanzando”, explica. Además de todo esto siempre llega en su actuación un momento clave en el que quebranta la cuarta pared, y con la que interactúa con su público, descubriendo nuevas reacciones (también por error en según que casos) que le hacen decidir el destino próximo del espectáculo.

“Gracias a acercarme al público y ver sus reacciones aprendo de escenas que no estaban y que nacen de los fallos. No me gusta llamarlos “errores” porque siempre se acaban convirtiendo en aciertos, cuando salgo de estos de forma graciosa al final acabo incluyéndolos en el espectáculo y eso es lo que funciona”, explica, “el espectáculo nace de la tranquilidad de hacer fallos e ir avanzando. Un segundo en el público pasa volando y en escena son como diez, piensas que eres lento y aburrido y te sientes frágil, pero cuando ves cómo reaccionan se te pasa todo volando”.

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