Hernández dimite por "la falta de confianza" de Ortiz y Ramírez

10/10/2018 - 

ALICANTE. Se tiene que reunir todavía con Enrique Ortiz, pero precisamente por esa razón, para que no le convenza "una vez más", antes hace pública su dimisión del cargo de presidente Hércules.

Quique Hernández abandona el cargo ocho meses después de su llegada y lo hace dando un portazo, dejando claro que no tenía la confianza de Enrique Ortiz y especialmente Juan Carlos Ramírez.

"Cuando uno no está cómodo en un sitio se tiene que marchar", así decía Hernández que le había explicado a sus hijos su dimisión como máximo mandatario del Hércules, una decisión que no es la primera vez que adopta pero sí la definitiva: "Enrique siempre me lleva al huerto; por eso he hecho la rueda de prensa antes de reunirme con él", apuntaba el todavía presidente blanquiazul, que dejaba a las claras cuál era su relación con el socio del constructor: "Yo con Ramírez no tengo ningún trato (...), no ha habido 'feeling' nunca y, si no estás a gusto, pues te tienes que marchar (...), no se van a ir ellos (...) O tragas o te vas", sentenciaba el exentrenador que apuntaba a la citada falta de confianza, directamente relacionada con aspectos de índole económica, como motivo para abandonar voluntariamente el cargo de presidente.

Como él mismo explicaba este miércoles, Quique Hernández ya había dimitido en dos ocasiones anteriores. La primera con motivo de la confección de la campaña de abonos, de la que, por cierto, no se consideraba único padre (atribuía el mérito de la elaboración de la misma a peñas, Asociación Herculanos y empleados del club)."Estaban en Ibiza (...), se les envió un borrador y al final aceptaron, pero siempre que no se tocaran los precios", decía Hernández respecto al primer desencuentro con "los que ponen el dinero" y piensan que "hagas lo que hagas siempre vienen los mismos", apuntaba Hernández, quien aseguraba haber defendido en ese momento que "después de dos años malos" el club debía tener "detalles con los fieles". Su segunda renuncia fue coincidiendo con la visita a Zaragoza para medirse al Ebro y ya iba relacionada con el tema de las entradas, las invitaciones y lo que se recauda. Según Hernández, "Ramírez entró en las oficinas y le dijo a un tercero que iba a tener que venir todas las semanas porque hay cosas que no le gustan", algo que le dolió especialmente, porque entendía que se lo podía haber trasladado a él directamente, al tiempo que acusaba al socio de Ortiz de "pensar más en la taquilla que en la afluencia" y no solo defendía lo importante que resulta que el equipo juegue arropado, también ofrecía datos sobre ingresos por recaudación: "En el primer partido de Liga del año pasado se recaudaron 8.000 euros y 15.000 en el de este año; siendo la ilusión la misma (...) se hace el triple de taquillas (...); con solo tres partidos se ha recaudado ya la mitad de lo previsto como ingresos por venta de entradas para toda la temporada", fundamentaba Hernández su postura para, a continuación, poner el acento en lo que ha terminado siendo el detonante de esta tercera y definitiva dimisión: la supuesta merma en los ingresos provocada por las invitaciones para adultos.

Tercera dimisión

El aún presidente del Hércules aseguraba que, con carácter previo al partido con el Atlético Levante, se le había invitado por Ortiz "a tener más control" y es que el constructor y su socio veían bien que se entregasen invitaciones para niños, pero no tanto para mayores de 18 años y, como después se detectó, algunas se estuviesen revendiendo. Hernández aseguraba haber rendido cuentas en todo momento de la cifra de invitaciones para menores y adultos, incidiendo de nuevo en que "el tema de la taquilla es secundario, se tiene que abrir las puertas del club de alguna forma", algo que es evidente que Ortiz y Ramírez no comparten en su totalidad. 

"Barbaridades"

Quique Hernández no quiso entrar en detalles pero lanzó un dardo envenenado a los empresarios al afirmar abiertamente que no puede "mirar para otro lado cuando ve las auténticas barbaridades que se hacen en el club (...); hablo de temas de gestión, publicidad (...); no entiendo que haya vallas en el Rico Pérez vacías; que haya gente pululando por ahí que se atribuya una representación institucional ante Ayuntamiento, Diputación, empresas... que no tiene y Ortiz lo consienta".

Se tiene todavía que reunir con el constructor, pero la dimisión que presentó por escrito al secretario del consejo la tarde del jueves pasado, no solo es "irrevocable", es que este miércoles volvía a expresar su deseo de que se haga efectiva "a la mayor brevedad posible".

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