Fernando Romero, fundador, primer ejecutivo y accionista mayoritario. Foto: BME GROWTHVALÈNCIA. Energía, Innovación y Desarrollo Fotovoltaico -más conocida por su acrónimo EiDF- fue el pasado año el valor que más subió de todo BME Growth, al protagonizar una explosiva revalorización del 478,75%. O lo que es lo mismo: más que quintuplicar su valor al pasar de los 4,838 euros a los 28 euros. Y no solo eso sino que tamaño repunte fue imposible de superar por las 130 cotizadas que conviven en el Mercado Continuo incluyendo las 35 del Ibex.
Para entender el calibre de semejante ascenso basta decir que la cotizada gallega fundada, dirigida y controlada por Fernando Romero pasó de capitalizar por 279,86 millones de euros al cierre de 2021 a... ¡1.620 millones! al término de 2022. Por tanto, llegando a superar lo que vale hoy en día el último valor del Ibex 35 como es Meliá Hotels (1.168 millones).
Pero once meses después la situación es bien distinta, dado que EiDF despidió ayer la primera sesión de la semana pasada siendo el segundo peor valor de todo BME Growth (-85,89%) solo superado por el desplome que acusa la alicantina Vanadi Coffee (-94,56%). Además, ambas también son las que peor se comportan de todo el Mercado Continuo donde se había marcado estar. De hecho, en enero pasado nombró dos nuevos consejeros para preparar el salto al principal mercado español de valores.
De este modo, la gallega ha visto como su capitalización se ha reducido espectacularmente hasta los 228,50 millones. Y no solo eso sino que los 3,95 euros del cierre de ayer suponen caer por debajo de los 4,20 euros a los que debutó en el antiguo MAB el siete de julio de 2021. Pero, ¿qué ha sucedido para que EiDF, que acaba de aliarse con la valenciana Atitlan para el desarrollo de parques fotovoltaicos, se haya hundido en bolsa de esa manera? La acusación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de de no haber dado al mercado una información completa, omitiendo el resumen ejecutivo del forensic realizado por Deloitte, la auditora que contrató EiDF a finales del pasado mes de abril para solventar las discrepancias con PwC, sobre sus cuentas de 2022; así como de haber llevado a cabo "omisiones muy relevantes".
El organismo supervisor presidido por Rodrigo Buenaventura advertía a la empresa dirigida por Fernando Romero de que el informe forensic de Deloitte incluía un relato de hechos y evidencias "de gran trascendencia" para los accionistas. De ellos, destacaba las evidencias de "posible falseamiento de documentos por parte de la compañía, dada su especial relevancia". En relación con ello, añadía que PwC, el auditor de las cuentas del grupo, había tenido en cuenta este forensic en su trabajo, "que se ha materializado entre otros aspectos, en una limitación al alcance de su opinión de auditoría, dadas las debilidades de control interno identificadas en el forensic en estas materias".
La fotovoltaica gallega aseguró a primeros de septiembre que en un primer avance de los resultados del dictamen jurídico de KPMG sobre el informe 'forensic' elaborado por Deloitte no había "existencia de negocios jurídicos simulados ni de forma anómala desde el punto de vista contractual y mercantil". Como tampoco "elementos suficientes para hacer encaje en tipo penal alguno vigente en ninguna de los conductas descritas en el informe de Deloitte, bien sea por la falta de elemento objetivo del tipo, bien sea por la ausencia total de simulación, o bien por inexistencia de vulneración del bien jurídico protegido".
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Diez días después EiDF advertía que iba a tomar "todas las medidas legales necesarias" para proteger su reputación y salvaguardar sus intereses "contra quienes difunden información sin fundamento y difamatoria". Lo hacía saliendo al paso "de forma enérgica y directa" de las recientes informaciones "falsas" que han circulado en algunos medios de comunicación y redes sociales en los últimos días. "Queremos dejar claro que estas afirmaciones son completamente infundadas y carecen de cualquier base verificable", señalaba en un comunicado la firma especializada en autoconsumo industrial.
La CNMV suspendió la cotización de la gallega el 14 de abril a la espera de conocer información sobre el proceso de formulación de cuentas y publicación de información financiera auditada del ejercicio acabado el 31 de diciembre de 2022. Tres semanas antes -22 de marzo- EiDF marcaba máximos históricos en los 31,06 euros, lo que equivalía a una capitalización de casi 1.800 millones de euros.
El levantamiento de dicha suspensión tuvo lugar el 28 de agosto y dos días más tarde la cotización de la empresa especializada en instalaciones de energía solar fotovoltaica cerraba en los 3,756 euros. O lo que es lo mismo: mínimo histórico. Previamente, el 17 del mismo mes presentaba sus cuentas reformuladas del pasado año, que recogían un incremento de la facturación del 91% sobre los ingresos proforma de 2021 hasta los 369,6 millones; un resultado de explotación agregado de 33,76 millones frente a los 2,53 millones del año anterior; y un fondo de maniobra positivo que entonces se situaba en los 12,5 millones.
Asimismo informó que iba a abordar in plan para reforzar su gobierno corporativo y los procedimientos de control interno. Y en este sentido no tardó mucho, concretamente cuatro días, en nombrar cuatro nuevos consejeros: Laura Bravo Ramasco, Guillermo Poch Sala, Laura Zendrera Roig y Tiago Moreira da Silva, que fueron ratificados por los accionistas en la junta del 21 de septiembre donde votaron a favor del traslado del domicilio social a Madrid. Algo lógico, por otro lado, dado que Fernando Romero controla más de dos tercios del capital. El mismo que el 5 de septiembre reforzaba su posición comprando más de 70.000 acciones.
Fuente: BME Growth
Mientras tanto el pasado nueve de octubre era nombrado Joaquín Galí Rogent nuevo consejero de la cotizada, cuya hoja de ruta pasa por la transformación del grupo para abordar un "vigoroso" crecimiento en las tres grandes áreas que lo componen: autoconsumo fotovoltaico, generación fotovoltaica y comercialización de energía limpia. El nuevo CEO manifestaba su "satisfacción por incorporarse a un grupo que ha desarrollado con éxito un proyecto único en el mercado español, al liderar el sector de autoconsumo fotovoltaico industrial, apoyado por un equipo profesional de primer nivel".
La compañía especializada en instalaciones de autoconsumo de energía solar fotovoltaica presentó el 31 de octubre -último día para hacerlo- sus cuentas semestrales. Las mismas que recogieron un incremento del 16% de facturación hasta los 98 millones; un Ebitda agregado de 23,4 millones; y una deuda financiera a corto plazo reducida en un 55% respecto a la del cierre de 2022. De este modo aceleraba la restructuración financiera y la mejora sustancial del fondo de maniobra, que según EiDF tendrá un impacto significativo para mejorar la estabilidad financiera, la liquidez y mejorar la calificación crediticia, lo que facilita el acceso al capital y la obtención de condiciones de financiación favorables.
Además, la firma gallega informaba que avanzaba a buen ritmo con estos resultados, mientras iba creando valor para los accionistas e inversores con la incorporación de Laurion Group con la compra del 5,18% del capital social de la sociedad -convirtiéndose en el cuarto accionista-; así como con el acuerdo de financiación con Alpha Ocean Blue por hasta un importe máximo de 20 millones de euros, mediante el desembolso y suscripción de obligaciones.
Todo ello mientras no ha dejado de ganar contratos en estos últimos meses tan convulsos más allá de la alianza con la valenciana Atitlan. Ahí está el acuerdo con Decathlon para suministrarle energía renovable (11 de julio); o, por poner otro ejemplo reciente, el de Barceló Hotel Group de cuatro proyectos de autoconsumo fotovoltaico (18 de septiembre).
