ágora / OPINIÓN

Temporada de aprendizaje

30/03/2020 - 

Vivimos una situación absolutamente inusual. Las circunstancias actuales son algo nuevo para todos los responsables del fútbol español, europeo y mundial. Ningún dirigente, por más experiencia que tenga en el mundo del fútbol, jamás atravesó por una situación como la que vivimos.

Esta coyuntura puede provocar dos escenarios, con efectos bien distintos, en función de la finalización anticipada o no de la temporada. Esta es la razón por la que los responsables del sector desean finalizar (en el terreno de juego) la presente campaña.

Los ingresos económicos de la mayor parte de los clubes provienen fundamentalmente de cuatro partidas: de los derechos de televisión derivados de la participación en competiciones nacionales y europeas, así como de la participación en quinielas y apuesta deportivas, que representan aproximadamente un 65% de los ingresos totales de un club; de la recaudación proveniente de los abonos de la temporada que ronda el 15% de los mimos; de los patrocinios y publicidad, que viene a ser otro 15%; y de los ingresos provenientes de taquillas y otros conceptos, que representan un 5% del total importe del presupuesto de ingresos. No hemos contemplado los provenientes de la RFEF, por la participación en Copa del Rey, dado que éstos son imprevisibles, dependiendo de la eliminatoria que se haya alcanzado.

En el supuesto que la temporada no finalice, además de las consecuencias deportivas que determinen las autoridades competentes, (temporada perdida, finalización anticipada respetando la clasificación actual o finalización anticipada manteniendo la clasificación del final de la primera vuelta) se producirán consecuencias económicas devastadoras para  los equipos, ya que estos dejarán de ingresar, previsiblemente, entre un 25  y un 30 por cien de casi todos los conceptos que integran el presupuesto de ingresos de un club. Para valorar el tamaño del perjuicio en este escenario, será necesario cuantificar esta disminución de ingresos; nos apoyamos para ello en los datos hechos públicos, correspondientes a la temporada 18/19.

  • En Primera División, a excepción del Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid que perciben de Laliga (por derechos televisivos y participación en apuestas deportivas) importes superiores a los 100 millones de euros, el resto se mueven en un abanico entre 90 y 45 millones de euros por temporada.  Un equipo medio, obtendrá por tanto, unos ingresos aproximados de 60 millones de euros y por ende dejará de ingresar aproximadamente 15.000.000€ en este concepto.
  • En Segunda División A, a excepción de los equipos que descendieron (de Primera División) la temporada anterior y que cuentan con la importante "ayuda al descenso", ( Huesca, Girona y  Rayo Vallecano) el resto de equipos se mueve  entre los 9 y los 5.5 millones de euros de ingresos por este concepto,   por  tanto un equipo de media tabla, puede ingresar alrededor de siete millones de euros, dejando por tanto  de percibir, 1.750.000 euros en este concepto.

Si a ello le sumamos que los clubes dejarán de recaudar (en esos mismos porcentajes) los ingresos previstos en concepto de taquillas, patrocinios y publicidad, podemos concluir que en Primera División un equipo medio dejará de recibir entre 18 y 20 millones de euros y en Segunda División A entre tres y cuatro millones de euros. Dado que los importes de los abonos ya estarán cobrados, propondríamos bonificar el importe de los de la temporada próxima, con el fin de no tener que reintegrar una parte de los mismos.

Sin embargo si la temporada finalizara con las jornadas previstas, 38 en Primera División ( se llevan disputadas 27) y 42 jornadas en Segunda División A (se llevan disputadas 31) las consecuencias  económicas no deberían ser graves para esta temporada, aunque es de prever que los operadores de televisión pretendan rebajar los importes comprometidos, debido la merma de audiencia que puede generar la concentración de partidos en pocas semanas, y que algún patrocinador o anunciante tenga problemas en los pagos comprometidos como consecuencia de la crisis económica que padeceremos en los próximos meses, siendo también previsible es este escenario que la recaudación en taquillas mengue por la disputa de partidos en días no festivos.

En este supuesto y aunque la temporada finalice con las jornadas previstas, los problemas de tesorería comenzarán a partir de los meses de julio-agosto y sobre todo se prolongarán durante la próxima temporada. Efectivamente, durante estos meses los clubes obtienen importantes ingresos provenientes de las campañas de abonos, sin embargo es muy probable que este año,  durante  los mismos, no  haya finalizado todavía la presente temporada, por lo que  sería insólito sacar una campaña de abonos (para la próxima temporada) sin haber finalizado la presente; no obstante sugiero que los clubes presenten su campaña de abonos (de la temporada 2020/21) durante los meses de julio y agosto aunque no haya finalizado aún la presente, alentando a los aficionados a "arrimar el hombro"; es de prever que  un considerable porcentaje de  abonados ( que en todo caso iban a compararlo meses después) adquieran el suyo ("Si la temporada próxima vas a acompañar  a tu equipo, acércate por el club y obtén ya tu abono con las siguientes ventajas….la cuales no se aplicarán una vez finalice la presente temporada"), aliviando con ello la tesorería de los meses de verano.

Durante la próxima temporada las operadoras de televisión (por aplicación de la cláusula 'rebus sic stantibus') pretenderán, sin duda, rebajar los importes de sus compromisos económicos con los clubes como consecuencia del previsible cambio de horarios, fechas y días que la próxima campaña sufrirá, incluso por una predecible disminución de jornadas. Sin duda la recesión económica que se augura, afectará a las previsiones de ingresos por patrocinios y publicidad. Se abre por tanto una época crucial para los clubes y gestores del fútbol, que deberán (me consta que se han puesto ya) "ponerse al tajo" de inmediato, dado que nos enfrentamos a unas nuevas circunstancias, a una nueva coyuntura a la que no estaba acostumbrado este sector.

¿Cuál debe ser el horizonte en los próximos años?, ¿deberán los clubes endeudarse durante los próximos años o ajustar sus gastos a los nuevos condicionantes? No existe una respuesta adaptable a todos los clubes, pues cada uno es distinto al otro y posee unas circunstancias particulares, pudiendo los accionistas  de cada club elegir el modelo de explotación que desean. No obstante, deberán ser los entes reguladores del sector fútbol, en consenso con los dirigentes de clubes, los que establezcan las reglas de juego, para que así no se vuelvan a producir lamentables situaciones pasadas que presenciamos en algunos clubes españoles, provocadas por decisiones de gestores que por inexperiencia, por ignorancia o por simple presión social, ocasionó la ruina económica y por ende deportiva de históricos equipos. Por lo pronto la LFP deberá modificar o suspender la regulación que sobre el "límite salarial" ha venido aplicando durante los últimos años, con el fin de acomodarla a las extraordinarias circunstancias que se van a vivir (al menos durante esta temporada y la próxima), dado que ningún club podrá cumplirla si se imputan a la temporada 2019/20 los salarios que se devenguen a partir del 30 de junio.

Por de pronto, debemos felicitar a la UEFA por su rápida decisión de aplazar las finales de la Champions League masculina y femenina y de la Europa League, que estaban previstas para mayo de 2020 (aunque sin duda esta decisión afectará a los ingresos que por derechos televisivos deben recibir esta temporada los clubes, especialmente los que las disputen y la propia UEFA, que verá demorados sus ingresos por este concepto). Esta decisión sin lugar a dudas va a posibilitar a las competiciones nacionales en curso, tener una mejor oportunidad de completarse, y por tanto, minimizar un mayor impacto financiero adverso.

Se abren nuevos desafíos, muchos de los conceptos hasta ahora invariables van a cambiar y evolucionar; ¿qué ocurrirá con los jugadores que teniendo previsto finalizar su vínculo laboral el 30 de Junio de 2020 (con equipos que no han presentado ERTE) han firmado (con posterioridad al 1 de enero) nuevo contrato laboral con otro club, al que deberían incorporarse el 1 de julio? Se puede dar el supuesto que habiendo competido hasta el 30 de junio con un equipo, dispute con otro los últimos partidos de la temporada, incluso se enfrente con su anterior equipo en el 'play-off' de ascenso o descenso, habiendo cambiado de equipo el 1 de Julio sin que la temporada 2019/20 haya llegado a su conclusión. En los próximos meses deberemos dar solución a nuevas y complejas cuestiones que tendrán que debatirse y esclarecerse de forma inmediata. Es momento de volver a aprender, porque este virus nos ha puesto frente a otra realidad.

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